Debutaron Pérez Lloma y la intendenta Nora Barrientos, las nuevas autoridades de gobierno en el país y la Novena Región - mal llamada "de la Araucanía" - deteniendo a la madre de Matías Catrileo, Mónica Quezada,su mujer, Rayen, y otros miembros de la familia del joven mapuche asesinado. Canal 13 difundió en su noticiero de medianoche imágenes de la represión policial en las que se explicó que la detención de la madre se produjo cuando ella llamaba a los manifestantes a retirarse. En la plaza Teodoro Schmidt (Lautaro) en Temuco se iniciaba la marcha pacífica, que sólo logró transitar una cuadra, porque Carabineros a través de Fuerzas Especiales, con lanza aguas y tanquetas, reprimió sin provocación alguna la manifestación.
Asimismo, un joven Mapuche de Puelmapu (Argentina), “Facundo” fue también detenido durante la manifestación, junto a dos periodistas, entre ellos, el corresponsal del Diario La Nación.
Los detenidos fueron trasladados a la segunda comisaría de Carabineros, lugar donde una treintena de personas se aglutinó en el Frontis, los que igualmente fueron reprimidos. Incluso, Fuerzas especiales de Carabineros mostró su excelente disposición combativa al decomisar un cajón de tomates que era llevado junto a otros alimentos para las víctimas.
Carabineros, desde su edificio en un ventanal, comenzó a filmar “provocativamente” a quienes se encontraban en el lugar.
La intendenta Barrientos reconoció a la prensa regional que todos los servicios de Inteligencia se encuentran activos ante el conflicto iniciado por el propio Estado chileno cuyo objetivo de represión son los Mapuches.
En otras ciudades, como Concepción y Santiago, las manifestaciones tuvieron el mismo destino. La represión es extrema y Carabineros actúa de acuerdo a las órdenes de gobierno sin importar el dolor que embarga a los propios familiares.
Sin embargo, hubo una excepción a la regla: el carabinero que entrevistado sobre el supuesto atentado al gerente de la transnacional noruega, dijo que la acción era claramente de amedrentamiento, pese a que todos trataban de mostrarla como un hecho de carácter criminal (el Fiscal, que representa al gobierno, impúdicamente formuló la acusación como intento de asesinato, o algo similar). Por su parte, las organizaciones de la zona de Panguipulli consideraron lo ocurrido un montaje policial para justificar una aún mayor represión a futuro contra las luchas mapuche en defensa de su territorio.
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