jueves, septiembre 23, 2021


 


No más colonialismo europeo: a congelar el Tratado de Asociación con la UE

A los parlamentarios europeos que nos visitan en nombre de  los negocios del empresariado europeo,  les informamos que la nueva constitución fue la respuesta ofrecida por el sistema institucional, a la revuelta popular iniciada el 18 de octubre de 2019 demandando una asamblea constituyente. El pueblo constituyente a su vez observa y participa de este proceso.  Es un alarde de colonialismo puro y duro, pretender dejar amarrada la aprobación del nuevo TLC con la Unión Europea antes que ese proceso llegue a su término y establezca las nuevas reglas. Esto ocurre además a 2 meses de una elección presidencial.

La vergonzosa injerencia de estos convidados de piedra,  desmiente desde ya el contenido  del anexo vigente  sobre Derechos Humanos del tratado de asociación con la Unión Europea. Seguir negociando en secreto y a espaldas del pueblo con el gobierno negacionista de Sebastián PIñera que violó sistemáticamente los DDHH, es una práctica inaceptable. Reiteramos que los sectores más impactados por este tipo de acuerdos jamás han sido consultados (pueblos indígenas, y campesinos).

El hermetismo que rodeó esta visita es similar al de todas las negociaciones de tratados de libre comercio, conocidos en detalle sólo tras su firma. Los llamados Cuartos Adjuntos son espacios de información dosificada, no de participación. No queremos más de eso. Sabemos que para Chile hay poca o ninguna ventaja, y en cambio para la UE esto sigue siendo un negocio redondo para sus exportaciones de automóviles, maquinarias y medicamentos y asegurar una matriz energética diferente y con electromovilidad. Los europeos verán alimentos del sur en su mesa, pero no querrán ver, en cambio,   los impactos de la extracción masiva del litio desde los salares ubicados en comunidades de pueblos indígenas, o del avellano europeo cultivado con plaguicidas peligrosos que generan cáncer y contaminación, o la celulosa y los monocultivos de palta que han secado y contaminado territorios de los pueblos a lo largo del país.  

La UE ha puesto sobre la mesa 24 propuestas con capítulos cuyos nombres son similares a los  del Tratado Transpacíifico, TPP11, y tratan dela protección de las inversiones, la solución de diferencias (controversias), la propiedad intelectual, y los obstáculos técnicos al comercio entre otros temas. Chile sólo presentó 8 propuestas. La UE reconoce en sus análisis que los beneficios serán “modestos” para la economía chilena. Y que existirán impactos en las pymes, las mujeres, sector rural, minería, construcción y turismo.

¿Nos traen trabajo?

Nos hablan de trabajo y desarrollo. Pero la  Fundación Sol estableció que el trabajo sólo existe al inicio de los proyectos,  y la curva cae junto con el patrimonio ecológico. A ello se sumará cada vez más la robotización, disminuyendo el empleo.  El 49,6% de la fuerza de trabajo en Chile ya se desempeña en zonas de sacrificio. La minería es el sector con más subcontratación y en las  actividades agrícolas, ganadería, silvicultura y pesca propiciadas por este tratado, la precarización es evidente: un 11,8% no tiene contrato de trabajo.

 ¿Cómo nos protegerán de los impactos?

En plena crisis ecológica planetaria, este tratado no incorpora ningún sistema de obligaciones para el inversor respecto de los impactos ambientales que genere y  de la consiguiente aceleración del calentamiento global y aumento de las emisiones. Sólo hay “paneles de expertos” si hay algún reclamo pero no contempla ningun mecanismo vinculante respecto de los derechos humanos ambientales y de la naturaleza. Hay un régimen global de impunidad corporativa del cual la UE se ha hecho parte.  Las y los Defensores del Territorio no son amparados por este tratado.

¿Cómo protegerán ellos sus inversiones?

De los  27 estados de la UE que son partes del Tratado, Chile ya tenía acuerdos bilaterales de inversión con 19 de ellos,  pero varios ya estaban vencidos. Este  acuerdo los renueva automáticamente.  Y los 27 estados podrán demandar a Chile en un sistema paralelo de Cortes de Inversiones, cuando se adopten normas o leyes que ellos consideren constituyen una expropiación directa o indirecta. Si se denuncia el tratado, la cláusula de salida permite a los inversores demandar por 20 años más a contar de ello.  

Teniendo presente que la Convención deberá discutir temas como la  desprivatización del agua (que puede afectar a la minería, el agronegocio y las forestales), la reforma de sistema de  pensiones, o la desprivatización de servicios públicos como la electricidad y el agua  y la estructura tributaria, entre muchos otros, queda al desnudo la intención de la visita de los legisladores europeos y la voluntad de Piñera de acelerar la firma de este y otros tratados.

El Sistema de Resolución de Controversias incorporado en el TPP, que era parte del tratado entre la UE y Estados Unidos, era altamente impopular, por lo cual la UE ideó un Sistema de Cortes de Inversión y lo vistió con un traje de seda. Pero es casi idéntico al sistema ya mencionado, que José Gabriel Palma llama “las Cortes Mickey Mouse”.  Está igualmente por encima de los tribunales nacionales e internacionales, y es un sistema paralelo que da más derechos a los inversores que los establecidos en las leyes europeas y de los países donde invierten.  Si  el inversor gana la demanda contra el Estado, deberá ser compensado por expropiación directa o indirecta al interferir con las legítimas expectativas de ganancia del inversor. Los  estados pueden legislar  como quieran, pero se tienen que atener a las consecuencias: podrán ser demandados.  

Los inversores europeos que están en Chile ya acumulan un historial de demandas en otros países: en las AFP está Plan Vital, del fondo Generali  de Italia que ya ha demandado a Panamá.  En el negocio del Agua está Secyr, empresa española que ya demandó a Panamá; en los servicios de electricidad ENEL es del grupo italiano Fortuna, que ya demandó en 2019 a Panamá por 11 millones de euros. Por su parte, Sodexo (servicios alimentarios), demandó a Hungría por expropiación indirecta, al perder la concesión de establecimientos penitenciarios. El Estado debió pagarle 73 millones de euros. Telecom (del cual es filial Movistar)  tiene historial de demandas con Argentina, México, y Colombia esta última por 394 millones de dólares por no renovarle la concesión.

Otras ventajas para la UE

Entre el 2003, fecha de inicio del Acuerdo, y el 2019,   el valor de las exportaciones de maquinarias de la gran empresa europea, subió de US$ 3.287 millones a US $10.856 millones, con un aumento anual del 7,7%. En medicamentos y agrotóxicos,  las exportaciones aumentaron en un 135%; en vehículos un 145%, y en maquinaria un 56%.

 

¿Habrá progreso con este nuevo TLC?

Chile en estos 20 años siguió exportando lo mismo a Europa: materia prima sin mayor valor agregado, de los sectores minero, frutícola, vitivinícola y forestal que representan el 90% de las exportaciones. Este tratado incorpora nuevas normas de propiedad intelectual que harán más difícil la producción oportuna de medicamentos genéricos y para enfermedades raras. El UPOV 91, convenio sobre la protección de los obtentores y privatizadores de la semilla, también contemplado en este tratado, amenaza la recuperación y protección de la semilla campesina porque facilita aun más el registro  (un tipo especial de patente) a los obtentores de las semilleras, y criminaliza el libre intercambio de semillas. Las normas del tratado favorecen el agronegocio de exportación, con uso intensivo de plaguicidas peligrosos y de semilla industrial y perjudican la agricultura familiar campesina e indígena y los cultivos agroecológicos, obstaculizando el camino para la soberanía alimentaria, tan necesaria en tiempos de crisis.  No incorpora normas de protección al ambiente y la salud que impidan a empresas como Bayer/Monsanto o Syngenta exportar a Chile agrotóxicos que están prohibidos en Europa. Contraloría ya ha hecho evidente que esto ocurre, y el tratado no lo impedirá, dañando entre otros seres vivos a las abejas, cuya población ha disminuido considerablemente por los monocultivos y efecto de los plaguicidas neonicotinoides producidos por Bayer entre otros.

¿Qué buscan? 

 Ya tienen arancel cero para el litio. Pero su punto es cambiar su matriz energética,  modificando el status de material estratégico del litio en Chile, que impide concesionarlo a extranjeros. Lograrían así una UE con electromovilidad en tanto que en Chile, visibilizado en la práctica como colonia proveedora,  las comunidades atacameñas serían expulsadas de su territorio por el  despojo del agua, en tanto que los salares y los ecosistemas serán destruidos.

¿Nos traen trabajo?

Nos hablan de trabajo y desarrollo. Pero la  Fundación Sol estableció que el trabajo sólo existe al inicio de los proyectos,  y la curva cae junto con el patrimonio ecológico. A ello se sumará cada vez más la robotización, disminuyendo el empleo. El 49,6% de la fuerza de trabajo en Chile ya se desempeña en zonas de sacrificio. La minería es el sector con más subcontratación y en las  actividades agrícolas, ganadería, silvicultura y pesca propiciadas por este tratado, la precarización es evidente:  un 11,8% no tiene contrato de trabajo.

¿Y el capítulo sobre las mujeres?

El Tratado se dirige a las mujeres en tanto empresarias, es sobre” Mujeres y Comercio” y no es vinculante.  Las trabajadoras no están. Las temporeras que trabajan en los packing del agronegocio  y cuyas comunidades están afectadas por cáncer, saqueo de sus aguas y contaminación, no son mencionadas acá. Las mujeres campesinas e indígenas tampoco.

Los empleos de los sectores abarcados en el tratado tienen una participación de mujeres no mayor del  24% (en el sector de agricultura),  y bajan hasta llegar a un 7%  en otros sectores.  Para las mujeres, los tratados de libre comercio sólo han traído mayor precarización y subcontratación, además de aumentar las tareas de cuidado, por los impactos en la salud de los plaguicidas peligrosos y el despojo de las aguas por diversos tipos de proyectos extractivistas.

 

domingo, agosto 15, 2021

José Luis Ysern Mensajero de la Liberación



por Lucía Sepúlveda Ruiz

El padre José Luis Ysern,  ha partido hoy  en un último viaje desde Chillán,  a los 86 años.  Luego de visitar  España tiempo atrás, este “chileno nacido en Valencia” (en sus palabras)  intuyendo su fin, decidió retornar para  que allí concluyera su fecunda vida. Repaso ahora una parte de sus últimas homilías, que enviaba por correo cada semana, en palabras que resuenan con la fuerza de su mensaje de siempre: “Los pobres de Chile, más que los libros, me han enseñado que la fe proporciona una fuerza invencible. Lo puede todo, lo vence todo. Vence nuestros miedos y nuestros mecanismos de defensa y nos convierte en hombres nuevos y mujeres nuevas. Jesús no se desanima ante el "fracaso" sufrido en su pueblo y continúa su misión. Tú y yo revisemos la calidad de nuestra fe.” 

Todos vivimos momentos complejos en la tarea de alcanzar las metas planteadas. José Luis tenía una clave:   “En esta misión de liberación,  el fracaso es posible, puede ser que no nos quieran escuchar y nos digan que nuestro plan de fraternidad, justicia, igualdad, es una quimera utópica que no corresponde a la sociedad de hoy. No importa: seguiremos con nuestro testimonio de vida sencilla, sin arredrarnos y apoyándonos siempre en la comunidad”. Y eso fue su vida, en rigor, una vida del todo diferente a la de curas y miembros de jerarquía actual  mencionados algunos en las noticias como abusadores sexuales o cómplices   y otros acomodados con el sistema, que   no levantan la voz ante la violencia sistemática de los derechos humanos que hemos vivido desde el 18 de octubre en adelante.

José Luis,  padrino de mi hija Eva María, es una  figura central en mi historia y formación como joven parralina, así como en la de centenares de jóvenes de por lo menos cinco  generaciones de Chillán,  a quienes contribuyó incluso en estos, sus últimos años,  a formar  en una visión de servicio a la comunidad y de búsqueda de la felicidad como un objetivo ligado siempre a lo colectivo y social. Estuvo siempre ligado a las y los jóvenes o a los marginados, y su vocación sacerdotal fue totalmente inclusiva en su desempeño, llegando a distintos sectores sociales.

Lo conocí como estudiante secundaria, padeciendo  la vida de internado en el Instituto Santa María a fines de los años sesenta. Ese colegio de monjas alemanas de Chilllán,  fue su primera destinación como docente. El era  parte de un grupo de curas españoles que aceptaron la invitación de ejercer en Chile sus  tareas. En el colegio, su figura fue la antítesis de la rigidez establecida por las monjas, respecto de cómo entender la religión, la vida, y las relaciones humanas, basadas siempre en el respeto de la diversidad de opiniones.    Fundó la Juventud de Estudiantes Católicos,  que en nuestro colegio fue una organización no autorizada, prácticamente clandestina. Al misionar junto al cura  en territorios rurales, muchas de las niñas de entonces  salimos también de la burbuja para conocer mundos, pobrezas y precariedades que habían estado fuera de nuestra mirada.

Con paciencia infinita y una generosidad notable, José Luis guió mi rebeldía adolescente  y sin duda la de muchos y muchas, volcando mi mirada y mi ser hacia los demás, hacia la pobreza, la enfermedad, la soledad o el dolor.  Fue la semilla necesaria para entender más tarde la teología de la liberación y orientarme hacia las comunidades cristianas en mis años universitarios y también la base de mi compromiso posterior con el socialismo y el MIR.   Ha sido mi más importante maestro en este largo camino recorrido.

Bautismo secreto en la Catedral

En tiempos de dictadura, cuando muchos optaban por  eludir toda vinculación con la resistencia,  retomamos el contacto y la amistad, y no vaciló en apoyarme cuando solicité en 1980  su ayuda para poder “legalizar” a mi hija, que no estaba inscrita en el Registro Civil debido a que su padre, Augusto Carmona, dirigente del MIR  y yo éramos buscados. Tras el asesinato de Augusto el 77 por la CNI, yo no contaba con ningún documento legal para probar la filiación de Eva María y su existencia legal, lo que la colocaba en total vulnerabilidad si yo caía detenida. José Luis no dudó y junto con bautizar a Eva María en una ceremonia emocionante (y privada) en la Catedral de Chillán,  inscribió en su certificado de bautismo los nombres de Augusto,  y el mío, y los guardó en un archivo especial del Obispado. ¡Además, fue el padrino!  También lo hizo posteriormente con la guagua de otro compañero.  Suena como algo sencillo pero en el contexto de dictadura, eran  gestos de compromiso notable con los perseguidos. Tal como nos apoyó y alentó, lo hizo con las madres y esposas de detenidos desaparecidos y ejecutados de Ñuble, arriesgando su seguridad y colocándose en el ojo del huracán de una ciudad conservadora cuyos mandos eclesiásticos no compartían su visión amplia de la misión cristiana como un servicio y su opción preferencial por los pobres.  En esos años fue capellán de la Cárcel de Chillán y muy cercano a la Vicaría de la Solidaridad local, que estaba a cargo del padre Raúl Manríquez. Con ambos compartí  relajados almuerzos y sobremesas de mucha amistad y relevancia en esos tiempos difíciles.  

Posteriormente, el año 85, José Luis fue prácticamente “relegado” por la jerarquía al Seminario de Concepción,  interrumpiéndose su labor de formación con los jóvenes universitarios que realizaba en la entonces sede Ñuble de la Universidad de Chile, hoy  Universidad del  Bío-Bío. Hasta esas aulas había llegado su palabra liberadora  como docente de la Facultad de Educación y Humanidades, donde contribuyó  a la  formación de diversas generaciones,  cada vez con mayor especialización como sicólogo. A lo largo de los tiempos,  él permaneció fiel al mensaje de  una iglesia ligada al pueblo y fiel a los pobres,  y tras doctorarse en sicología en la U de Salamanca,  fue el año 2006 el primer director de la Escuela de Psicología de la Universidad del Bío-Bío  en Chillán,  que lo nominó en 2013 como profesor Emérito.   

Muy conectado con los desafíos del presente, señalaba asimismo en noviembre de 2020:  “…Vivimos además un momento clave de desafío sociopolítico especial ante el proceso constituyente que ahora nos ocupa. Los cristianos hemos de estar a la altura de las circunstancias y responder en forma inteligente, valiente y creativa, a las exigencias del momento. Hemos de ser los primeros en promover los cambios que sean necesarios para que los pobres, migrantes, cesantes, enfermos, ancianos, escolares, etc. sean atendidos como merece su sagrada dignidad.