domingo, marzo 29, 2009

Waikilaf: le dieron 5 meses de prisión preventiva en Cárcel de Alta Seguridad en Isla TEja, Valdivia


Cinco meses de prisión "preventiva" en la cárcel de alta seguridad ubicada en Isla Teja, de Valdivia deberá cumplir Waikilaf CAdin Calfunao mientras se investiga lo que le imputa el fiscal Sergio Moya - la colocación de una bomba de ruido. Moya es conocido por su persecución a los luchadores mapuche. En la foto, Waikilaf cuando estaba preso en la CAS de Santiago, luego de sufrir torturas y múltiples irregularidades que ahora se repiten.
El detenido, ex estudiante de derecho consagrado a la lucha por la defensa del territorio de su comunidad, es hijo de la lonko Juana Calfunao y el werken Antonio Cadin, que se encuentran recluidos en la cárcel de Temuco. En el módulo de alta seguridad de Valdivia se encuentran también Andrés Gutiérrez Coña,detenido en Nueva Imperial, y Miguel Angel Tapia Huenulaf, arrestado en Santiago y acusado de "terrorista" por el fiscal Moya en un caso denunciado como un nuevo montaje policial.
A continuación, la declaración de miembros de su comunidad sobre los hechos:

Hoy día, viernes 27 de marzo de 2009, alrededor de las tres de la madrugada, efectivos de la policía de investigaciones irrumpieron violentamente en el domicilio del Comunero Waikilaf Cadin Calfunao, ubicado en la ciudad de Temuco. Como ya es costumbre en estos operativos realizados en este “estado de derecho”, el allanamiento se baso simplemente en una orden oral del Fiscal Moya. Además es necesario denunciar que los efectivos policiales esperaron a que el comunero se encontrara totalmente solo en la vivienda, método que utilizan para así evitar la presencia de testigos que puedan denunciar luego las irregularidades del procedimiento, recordemos que muchas veces se fabrican evidencias puestas por los mismos policías. También les sirve para poder robar impunemente, documentos escritos, audiovisuales, así como equipos computacionales y de almacenamiento de información. Esto es importante para ellos ya que son todos elementos que dejan en evidencia el verdadero rostro del “estado de derecho” que vivimos tanto en el territorio Mapuche como a lo largo de chile. Un estado en donde se violan flagrantemente los derechos fundamentales del hombre, las normativas medioambientales y los derechos propios de los pueblos originarios.

El allanamiento se produce en el marco de una investigación realizada acerca de la explosión de una bomba de ruido producido en el supermercado Unimarc ubicado en el sector de Amanecer, Temuco. Estos hechos se habrían producido el día 29 de diciembre del año 2008 y la única prueba que existe por parte de la fiscalía es el testimonio de un guardia que habría reconocido a Waikilaf, entre otras personas, cuando arrancaban del lugar.

Por esta razón queremos dejar bien claro que una vez más nos encontramos frente a un miserable espectáculo ofrecido por los organismos policiales y de inteligencia del Estado chileno, en donde solo basta con el testimonio de un guardia para dejar en prisión a un comunero Mapuche y en donde se le declara como responsable vulnerando un aspecto fundamental de la legislación que es la presunción de inocencia. Esa es la justicia que se vive en este país, en donde la igualdad es una fantasía que nunca ha existido ya que ni siquiera existe un reconocimiento constitucional al Pueblo Nación Mapuche. De esta forma han logrado por el momento secuestrar a Waikilaf Cadin, trasladándolo a la Cárcel de Alta seguridad de Valdivia en donde permanecerá recluido en prisión preventiva por el tiempo que dure la investigación es decir, cinco meses. Esto último está sujeto a cambio ya que se hará todo lo necesario para obtener su libertad lo antes posible.

Hacemos un llamado general a mantenerse informados sobre la situación, a difundir y denunciar por todos los medios que sea posible. La noticia del secuestro está en desarrollo por lo que debemos mantenernos alerta.

sábado, marzo 28, 2009

WAIKILAF CADIN CALFUNAO de nuevo en prisión

Ahora lo acusan de poner bombas en Temuco. Denuncia hostigamiento permanente, ya conoce las prisiones de Temuco, Valparaíso, Angol y la CAS de Santiago. Ahora lo enviaron a Valdivia. Su madre, la lonko Juana Calfunao está en prisión. Su hermana pequeña está tramitando asilo político en Suiza.
Lo entrevisté cuando estaba en la CAS. Es un weichafe, un guerrero a la usanza mapuche, lucha por su tierra y no tiene nada que ver con bombazos urbanos.

viernes, marzo 20, 2009

Por la libertad de Elena Varela: Domingo 22 en Galpón Víctor Jara, 18.30 horas

“Destacamento miliciano José Bordaz” presente en la CUT de Chile



En el salón de actos de la CUT, colmado en su capacidad, se presentó el 19 de marzo la obra de Guillermo Rodríguez Morales "Destacamento Miliciano José Bordaz" (Editorial Caballo Verde). Comentaron la obra Manuel Hidalgo, Víctor González y la periodista blogguera que escribe esta nota -quienes según el autor, caminaron junto a él por los mismos oscuros y luminosos callejones de la lucha- . Tres milicianos de aquellos tiempos, Rita Peña, Delia y Eduardo Arancibia recibieron del autor los primeros ejemplares del libro, en un acto en que el ritmo contagioso del rap de Subverso y la belleza del canto de Carola impusieron la alegría y la esperanza ante una conmovida concurrencia.
El autor habló de la tarea autoimpuesta de contar esta historia a las nuevas generaciones que luchan y construyen, para impedir la pretensión de quienes vencieron, de matar no sólo los cuerpos sino también las ideas y la legitimidad de la lucha.
Señaló que éste era el momento de su reencuentro con José Bordaz, con Hugo Ratier, "el Ché Amigo", con Arturo Villabela y entre muchos otros, con combatientes que antes habían sido miembros de distintas ramas de las fuerzas armadas, como Dagoberto Cortés (ex marino), Ernesto Zúñiga (“El Mexicano”), Carlos Díaz (“Pecho de Buque”) y Enrique Reyes (“el Vali”).
Afirmó que este libro, dedicado a Arcadia Flores, muerta en combate y fundadora de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, está dirigido a los jóvenes y viejos que siguen en el bando de los que luchan, que defienden la dignidad y las luchas sociales.
Reafirmó su orgullo de la historia de lucha que narra y su orgullo por los caídos y por los sobrevivientes.
Llamó finalmente a imponer en la crisis el escenario de lucha por las reivindicaciones en lugar del espejismo del escenario electoral.
“Destacamento miliciano José Bordaz” se distribuirá por los canales populares de los colectivos y organizaciones populares y de redes tales como la red virtual Charquicán.

A continuación, mi intervención en el panel:

¿Cómo logra un autor escribir en primera persona sin parecer presumido, al narrar hechos épicos que ha protagonizado en un período de la historia de Chile que es ignorado por la historia oficial?

¿Cómo lo hace un exiliado ex preso político, que porta la fatídica letra L, recién casado y con un hijo de días, para decidirse a ser parte de la Operación Retorno impulsada por el MIR, sabiendo que ni siquiera la dirección máxima de su partido respalda en su totalidad ese proyecto, y que muchos creen que el retorno es sinónimo de suicidio?

Para tener la respuesta, hay que leer “Destacamento miliciano José Bordaz”, de Guillermo Rodríguez Morales – Diego Ramírez, “Alma Negra” para sus compañeros del MIR y la Resistencia Popular. Guillermo Rodríguez dirigió ese destacamento cuyo primer jefe había sido Beño (Charles Ramírez, que cayó en combate). En esa jefatura también estaban Jacinto (Raúl Castro Montanares, ya fallecido), un compañero apodado Bigote, y Victoria (Arcadia Flores, que antes había sido una de las fundadoras de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, ex estudiante de periodismo) Ellos conducían a grupos de milicianos reclutados en Santiago en la zona sur, norte, y comunas de Maipú y Puente Alto –como bien saben Víctor González, aquí presente ahora como comentarista y “Miguel” (Eduardo Arancibia, también entre nosotros esta tarde). El autor escribe que estos grupos de base tenían “escasa instrucción militar pero estaban vinculados a frentes sociales y redes amplias de apoyo”. Posteriormente se organizó una milicia “volante” con mayor capacidad, a cargo de Simón (Carlos Bruit), que también se menciona en este libro.

El retorno
El autor, que supo sobrellevar un total de 13 años de prisión manteniendo libre su mente y su espíritu, despliega una técnica literaria despojada de toda solemnidad, en la que la narración de hechos que tienen que ver con la vida, la libertad y la muerte de él o de otros militantes es abordada en un tono ágil, salpicado de ironía y a veces incluso de humor negro. En su festivo paso por París, mientras espera retornar, se asoma a los museos y al mundo de los artistas chilenos como Karazu e Illapu. El retorno está enmarcado en la crisis que vivía el MIR, cuyos dirigentes históricos diseñaban la táctica y estrategia desde el exilio. La crisis no era secreto para los militantes en el exterior, aunque sí lo era para quienes permanecían en Chile. Pero Guillermo canta a su llegada a París su propia Marsellesa: “alors enfant de la patrie…le jour del retorno est arrivé” Se ríe de sí mismo porque está regresando a contrapelo de todo.
Y nosotros nos reímos con él por analogía, porque somos parte de esa generación que vivía al margen de lo que hacía la gente “sensata”, la que se sentaba a esperar que la dictadura cayera sola, y fuimos parte también de ese MIR que resistía en Chile y que esperaba con ansias a los compañeros retornados para que nos instruyeran a todos en la lucha armada y fortalecieran a la organización, tan golpeada por la represión.
Equipaje del retorno
Quizás fue la experiencia de prisión la que ha templado la pluma del autor. Pero sumado a ello, están los años vividos combatiendo en medio de las alegrías y miserias de la vida clandestina. Es una sumatoria de vivencias que le permiten escribir de esta manera, que lo empujan a volver sobre sus pasos y remarcar la huella. Puede ser también que esa humildad y humanidad del relato se deban al peso del equipaje que declara este chileno, que contiene los rostros de los compañeros caídos más cercanos: Santos Romeo (de la industria Perlak y el cordón Cerrillos) Chico Tito (Pedro Poblete Córdova), Chico Lucho (Leopoldo Muñoz Andrade), Renato (Martín Elgueta), el “Caluga” del cordón Vicuña Mackenna (Juan Carlos Rodríguez), y a los que agrega en su segundo período de prisión – después del retorno- los de su compañera Victoria, (Arcadia Flores), el Beño (Charles Ramírez), Jaime, Watussi, entre tantos otros.

Esta obra es una contribución sustancial a la memoria, específicamente de lo vivido en los años 79-80 y 81, cuando a través de las milicias de la Resistencia Popular el MIR iniciaba lo que denominó “la fase de propaganda armada”, pasando del discurso a la acción, en un intento de llevar a la práctica su estrategia de desarrollar la guerra popular contra la dictadura, tanto a nivel de la ciudad como del campo, lo que requería accionar militar pero también un trabajo de masas y de reconstrucción de partido.

El primer apagón nacional
Fueron los tiempos del primer apagón nacional (erróneamente reivindicado en el exterior por Luis Corvalán), de la toma de Radio Portales (29 de abril de 1980), del primer reparto de leche en La Victoria, de la recuperación de la primera Bandera de la Independencia nacional, de campañas de bombas y recuperación de armamento de guardias del metro y Chilectra, de la quema de la Escuela Nacional Sindical de la Dictadura y de lugares de entretención del régimen, como parte de un total de 150 acciones armadas que también incluyeron acciones superiores en armamento y preparación, como los triples asaltos a bancos, el ajusticiamiento de Roger Vergara, jefe de inteligencia del Ejército (5 septiembre 1980), y del agente CNI Carlos Tapia Barraza (6 de julio de 1981), entre otros. Ello fue paralelo al intento de implantación de una fuerza guerrillera en Neltume. De esa experiencia abortada en sus inicios sí existe una excelente obra del colectivo de sobrevivientes, “Guerrilla en Neltume” (editorial LOM).

El alto costo represivo de este esfuerzo y el casi total aniquilamiento de quienes impulsaron la lucha armada, así como la posterior división/desaparición del MIR histórico, han confluido para que no existiera hasta ahora una versión que desde las fuentes propias, registrara los avances y retrocesos de ese período de la lucha miliciana antidictatorial en Chile. En cambio, las acciones de años posteriores y de mayor reactivación social, desarrolladas por los compañeros y compañeras del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y el Movimiento Juvenil Lautaro son un poco más conocidas por las nuevas generaciones y movimientos sociales. Quizás esta falta de reflexión y síntesis sobre la experiencia del MIR y su ligazón con sectores de punta del movimiento de masas, incida hoy en la repetición mecánica de consignas o acciones por parte de algunos grupos cuyo desempeño deviene en caricatura o remedo, carente de perspectiva y ajeno a las condiciones actuales.

Las condiciones reales
El libro describe a cabalidad el duro encuentro de este “retornado” con la realidad de Chile (1979): ex ayudistas aterrorizados, la llamada “Fuerza Central” del MIR recién golpeada, con muy poca “fuerza” real. Y en medio de ello la aparición de Victoria (Arcadia Flores, miliciana), su cable a tierra con la realidad, y a poco andar, el amor. “Nada se parece a lo que imaginé antes de regresar clandestino al país” escribe el autor, que se confiesa “aferrado a Victoria como un náufrago”. Apegado a la más estricta verdad, rememora sus primeros días en Santiago: “Pienso en el entrenamiento, en los morteros y cañones sin retrocesos, en las ametralladoras y lanzacohetes disparados y heme aquí, con un revólver viejo del 32, con tres miserables tiros, sin cédula de identidad, sin transporte ni vehículo, sin manto ni redes de apoyo y lo que es peor, sin casa de seguridad, alojando en el living del hogar de una ayudista cuyo marido lo único que quiere es que salgamos luego y está muerto de susto.”

Una parte importante del relato da cuenta de las contradicciones internas del MIR respecto de cómo desarrollar las tareas militares en esa fase de la lucha, en la que el protagonista, que ha estudiado a fondo la experiencia sandinista, se juega por ser destinado al impulso de las tareas milicianas (masa armada), es decir de un desarrollo de las tareas militares ligado al accionar de las masas en lugar de aquellas que apuntaban a un enfrentamiento de carácter directo con las fuerzas del enemigo. El mando militar del MIR, con otro análisis, impone a poco andar lo que denominó “giro táctico”, priorizando el paso a una etapa de planificación y ejecución de acciones contra los aparatos represivos y sus agentes, presionado además por un escenario en que los recursos financieros requeridos para la sobrevida de la organización eran prácticamente inexistentes. Ello exigía a su vez la realización de riesgosas operaciones financieras (nuevos asaltos a bancos).

Por su agilidad y espectacularidad, el relato de Guillermo Rodríguez alcanza ribetes cinematógraficos en varias oportunidades que no sólo tienen que ver con las acciones milicianas, y se leen con avidez. También impacta por su fuerza la narración de su propia detención en una ratonera y del combate en que cae Arcadia; y es escalofriante el episodio en que le detona la petaca incendiaria que armaba en su pieza de un cité, resultando con graves quemaduras. Así descubrimos también que fue él quien adaptó el modelo cubano de bomba incendiaria a la realidad y materiales disponibles en Chile. ¡Entre otros, el polvo de aluminio que nos dedicamos a buscar en todas las ferreterías!

Angeles y demonios
Un capítulo estremecedor testimonia su envenenamiento por toxina bulímica en la Cárcel Pública y lo conecta con el proceso que aún lleva la justicia por el asesinato del ex presidente Eduardo Frei en un hospital. Aun contando con drogas infernales inoculadas en el alimento de este preso político indefenso, la CNI no logró silenciarlo (sólo convertirlo para siempre en “Ronco” pues quedó privado de sus cuerdas vocales). ¿Por qué sobrevive Diego Ramírez, Alma Negra? También en estas páginas está la respuesta. El apoyo crucial de los de abajo, dos miembros de la Resistencia incrustados en la propia gendarmería, y los lazos solidarios tendidos en su paso por Francia que se extienden rápidamente hacia el Hospital San Juan de Dios, logran desbaratar el intento de asesinato del dirigente mirista.
Como quien cuenta un sueño o más bien una pesadilla con demonios pero también ángeles, el autor devela cómo se abortó el plan. Detrás de su sobrevida está su visión permanente de un trabajo militar de masas, su confianza en los más pobres, en los quecreen en la lucha y la resistencia y en las organizaciones de defensa de los derechos del pueblo que el MIR había impulsado en esos mismos años. El padre Rafael Maroto, mirista, lo visita y lleva su mensaje a la organización.

El libro contiene su autodefensa leída en el Consejo de Guerra a que fue sometido. Vestido con uniforme de miliciano, expresaba ante el Fiscal Manns y toda la sala: “Me declaro culpable de ser un miliciano y de estar absolutamente convencidos de que solo la guerra del pueblo nos hará libres. A ello me dediqué durante el escaso tiempo que permanecí libre en Chile, desarrollando las milicias populares que no son otra cosa que grupos de obreros, estudiantes, campesinos, jóvenes y adultos, hombres y mujeres que toman las armas para hacer efectivo el derecho a la Rebelión.”

En las páginas iniciales de la obra, describe su salida de la Galería 10 de la cárcel gracias al decreto 504, en 1975. Su paso por el exilio también es relatado en forma humorística aunque profunda. Así, recuerda que en la fábrica Simmonds, de Calgary los obreros lo bautizan como “Allende”. Pero para él Canadá es sólo una estación de tránsito para regresar.
En las páginas hay respeto a la revolución cubana y reconocimiento a su aporte a la lucha antidictatorial, no exento de una visión crítica sobre la eficacia del trabajo de la Dirección de Operaciones Especiales (DOE) versus el de las FAR (el Ejército), con el sabroso añadido de la anécdota en que Fidel Castro pasa revista al final de la escuela en la que un grupo de miristas entre los que estaba el autor, debía partir a combatir a Nicaragua. Todo a destiempo, como solía pasar en el MIR: ello coincide con la victoria del sandinismo, y así Guillermo retoma el plan de retorno.

La nueva obra de Guillermo Rodríguez constituye un aporte importante para ir armando el puzzle de la memoria, una tarea acuciante porque sin conocer los aciertos y errores del pasado, los desafíos del presente parecen más abstractos o inabordables. Quizás es redundancia reafirmar tras la lectura de esta obra, que detrás del accionar miliciano en tiempos de dictadura, detrás de la gesta de la resistencia existía la más absoluta convicción de la justeza de esa lucha. Ello generaba lazos de amor y lealtad muy poderosos en que todos estábamos dispuestos a dar la vida por el otro –así lo hizo por ejemplo “Beño”, que cayó protegiendo la retirada de Guillermo y otros combatientes - porque creíamos profundamente en un proyecto colectivo orientado al derrocamiento de la dictadura y en la instauración de un gobierno revolucionario que devolviera a nuestro pueblo no sólo la libertad sino todo lo que le había sido arrebatado.

La oportunidad y la visión política del MIR

Gran parte de lo que cuenta el autor en su relato, no sólo es novedad para quienes pertenecen a las nuevas generaciones o para quienes no conocen al MIR. También lo es para muchos de sus compañeros que estuvimos en otras tareas. La escasa vinculación entre el llamado “partido político-miliciano” –también muy pequeño- y el sector de tareas militares, lo cual respondía a requerimientos del trabajo clandestino pero también a un modelo orgánico y una concepción política de construcción de partido, conspiró contra una capitalización de esas acciones que contribuyera a masificar la lucha. Había también un problema de “timing”, de oportunidad: esas mismas acciones, años después, con la reactivación de los sectores sociales claves y la crisis de la economía, habrían tenido otra repercusión. Por otra parte la propaganda del MIR mantenía la ideologización del período anterior, aunque Chile estaba cambiando a ojos vista, pues se estaban sentando las bases para el modelo neoliberal.

La dirección del MIR conservaba una visión que subvaloraba al enemigo y sobrevaloraba la fuerza propia. La consolidación de vínculos más profundos con los sectores sociales no fue prioritaria en ese período, en que muchas veces el voluntarismo reemplazó al razonamiento y la discusión, como se refleja en este texto.

Inconsciente colectivo
Existe una huella impresa en el inconsciente colectivo de nuestro pueblo, una imagen del MIR en algunos sectores de la juventud y de los que siguen siendo pobres en el campo y la ciudad, en los mapuche que recuperan su tierra ancestral, en los que buscan una verdadera democracia, en los que heredaron la utopía. Pero la memoria huele a peligro; al sistema le conviene la amnesia, como queda demostrado hoy con el encarcelamiento de la documentalista Elena Varela, y el secuestro de sus materiales fílmicos que registran las luchas de ayer en Neltume y las de hoy en Arauco y Malleco.

En condiciones nacionales e internacionales muy diferentes a las vividas en dictadura, agotado el modelo de la transición y en plena crisis del neoliberalismo, pero también de la izquierda, es necesario un esfuerzo especial para dejar atrás el calco, reflexionar, desmitificar y extraer las enseñanzas dejadas por la generosa entrega de estos combatientes. La obra de Guillermo Rodríguez nos desafía a ello.



Santiago, 19 de marzo de 2009

martes, marzo 17, 2009

Juicio a Elena Varela postergado para 19 de abril


Transcribo el comunicado de la Red de Comunicadores Independientes sobre la resolución citada. Aún no sé quién es el nuevo querellante del que se habla. En la foto, Elena con el ex juez Juan Guzmán quien encabeza el equipo jurídico que asumió su defensa para derribar el montaje policial y del Estado chileno contra la realizadora.

"EL 29 DE ABRIL, ES LA NUEVA FECHA PARA LA PREPARACION DEL JUICIO ORAL EN RANCAGUA.
ESTA TARDE SE SUSPENDIO HASTA EL 29 DE ABRIL, LA AUDIENCIA DE PREPARACION DEL JUICIO ORAL, DONDE NUESTRA HERMANA Y COMPAÑERA ELENA VARELA, ENFRENTARA , OTRA VEZ, AL FISCAL SERVANDO PEREZ Y TODO SU SEQUITO DE INQUISIDORES.EN UN AMBIENTE CARGADO DE TENSION POR EL OPERATIVO POLICIAL ALREDEDOR DEL TRIBUNAL DE GARANTIA DONDE SE PODIA APRECIAR GRAN CONTINGENTE POLICIAL CON CASCOS Y ROPA DE COMBATE, ADEMAS , DEL TRASLADO DE LOS IMPUTADOS A LA SALA DE AUDIENCIA FUERTEMENTE CUSTODIADOS POR PERSONAL ESPECIALIZADO DE GENDARMERIA.
DENTRO DE LA SALA, SE PODIA APRECIAR A SERGIO REYES MATUS,CABIZBAJO, CON LA MIRADA PERDIDA, Y SABIENDO QUE ES UN DELATOR Y TRAIDOR, NO PODIA OCULTAR EL PESO DE SUS DECLARACIONES. KENNY SANCHEZ (el otro acusado para quien el fiscal pide 20 años de prisión) JUNTO A SU ESPOSA FLOR DOMINGUEZ, ESTABAN SENTADOS JUNTO A ELENA, TAMBIEN CON 5 GENDARMES ARMADOS Y VIGILANTES DE SUS MOVIMIENTOS.
ALREDEDOR DE LA 1 DE LA TARDE, SE RESOLVIO SUSPENDER LA AUDIENCIA, PORQUE UNA QUERELLA, QUE FUE PRESENTADA DENTRO DEL PLAZO LEGAL ESTABLECIDO, NO FUE NOTIFICADA POR EL TRIBUNAL A LA DEFENSA DE LOS IMPUTADOS, LO QUE MOTIVÓ EL REQUERIMIENTO SEÑALADO.
FUENTE: www.libertadaelenavarela.blogspot.com Allí se pueden ver otras imágenes del juicio en Rancagua.

lunes, marzo 16, 2009

Se inicia juicio oral a Elena Varela en Rancagua


En la foto, Elena está reunida con parlamentarios de la Comisión de DDHH de la Cámara de Diputados, el pasado 11 de marzo, contando lo que vivió.
Hoy 17 de marzo se realiza en Rancagua la audiencia de preparación del juicio oral contra Elena Varela, la documentalista chilena cuya detención en una cárcel de alta seguridad por tres meses, dio la vuelta al mundo el año 2008. Fue detenida el 7 de mayo, y escarnecida públicamente como terrorista. Obtuvo la libertad condicional en medio de denuncias de que todo era un atentado a la libertad de expresión y un montaje policial que posibilitó el requisamiento de su material de filmación sobre la lucha del pueblo mapuche y sobre el legendario comandante Pepe, líder mirista de los años 70.
En la Cámara de Diputados
En la antesala del juicio, el pasado 11 de marzo Elena Varela se reunió con la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. La verdadera novela de terror que la Agencia Nacional de Inteligencia ANI, asistida por oficiales de la policía de Investigaciones de Chile ha montado para inculpar a la documentalista chilena, dejó estupefactos a varios miembros de esta Comisión. El relato del trato vejatorio, cruel y degradante a la que fue sometida la documentalista, narrado directamente por ella, acompañada por miembros de la Asamblea por los Derechos Humanos y organizaciones mapuche, impactó a los parlamentarios. Asistieron Sergio Ojeda Presidente de la Comisión,los diputados Enrique Accorsi, Sergio Aguiló, Lily Pérez, Gabriel Ascencio, Tucapel Jiménez, Iván Paredes, Karla Rubilar, Felipe Salaberry, Gabriel Silber, Ximena Vidal, y Gastón Von Mühlenbrock, es decir parlamentarios de todas las tiendas políticas. El diputado Tucapel Jiménez reaccionó negándose a creer que en democracia pudieran suceder los hechos que se denunciaban y que eran tipificados como conductas propias de una dictadura. Asimismo las diputadas Pérez y Rubilar se mostraron visiblemente conmovidas por el relato, aunque Elena estima que el tiempo asignado se hizo escaso para ahondar más en su exposición. Hubo otros diputados que no prestaron atención.
En Rancagua
Dos semanas se prevé que durará el juicio en Rancagua, ya que el fiscal Servando Pérez Ojeda también acusa a otros dos chilenos, Kenny Sánchez Contreras, un ex mirista retornado desde Suecia, y Sergio Reyes Matus, ex empleado de Forestal Mininco, para quienes el fiscal pide 20 años de prisión.
Un equipo encabezado por el ex juez Juan Guzmán y al que se suma la acuciosa labor del abogado Jaime Madariaga, defensor de presos políticos mapuche, refutará los cargos por los cuales el Ministerio Público ha pedido quince años de cárcel para la ganadora de los más importantes fondos públicos de apoyo al cine en Chile. Varela es directora de los documentales “Newen Mapu Che, la fuerza de la gente de la tierra” y “Sueños del Comandante”, entre otros. La cineasta llega al juicio flanqueada por muestras de solidaridad de los documentalistas argentinos que hoy marcharán a la embajada chilena en Figueroa Alcorta y Tagle para proyectar sus materiales con la consigna: “¡Si tocan a uno tocan a todos. Libertad a Elena Varela, devolución de todos sus materiales - libertad a todos los presos politicos mapuches - libertad de expresión en toda Latinoamérica!”
También confía Elena el movimiento de apoyo a su libertad gestado en Chile con participación de trabajadores de la cultura, comunicadores de medios independientes y organizaciones sociales y de derechos humanos. Destacadas personalidades de la cultura y el medio académico presentaron el año pasado una denuncia por su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Para este movimiento de apoyo, el intento oficial de vincular a la cineasta con la planificación de un asalto a un banco en 2004 o un robo con homicidio en Machalí en 2005 no resiste análisis, ya que las pruebas que se dieron a conocer públicamente y que fueron incluidas por el gobierno en su respuesta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, son risibles: armamento de juguete y materiales de campaña utilizados para la filmación de escenas del intento guerrillero del MIR en Neltume en 1981. Como testigos a favor de la documentalista desfilarán en el estrado destacadas personalidades del medio audiovisual chileno.
La ley de delación compensada
El Fiscal hará uso de testigos amparados en la ley de delación compensada, una legislación aprobada a comienzos de la transición, que incentiva a detenidos y sus familias a delatar a miembros de organizaciones que se supone son peligrosas para el Estado, a cambio de protección. Las pruebas así obtenidas serán esgrimidas por el ministerio público contra Elena Varela y Kenny Sánchez. Se sabe ya de una testigo protegida, Andrea Gaete, la viuda de un ex miembro del grupo sindicado como autor de los asaltos.
Aunque la Fiscalía ya descartó presentar las pruebas exhibidas a la prensa en mayo pasado, no ha devuelto las 300 cintas grabadas con material de alta definición, y su acusación descansa en la vinculación sentimental que tuvo la cineasta en 2004 con Juan Moreno Venegas, sindicado por la Fiscalía como dirigente del EGP, Ejército Guerrillero del Pueblo, una facción que reconocería orígenes en el MIR histórico. Actualmente buscado por la justicia, Moreno se se presentó entonces ante la realizadora con otra identidad, como una fuente que le entregaría información valiosa sobre el conflicto mapuche, por su pretendida calidad de periodista. Varela iniciaba su investigación sobre el tema, ya que carecía de nexos con esas luchas y se había trasladado recién desde Santiago al sur del país, a su llegada de Alemania. El carácter de fuente que la defensa le confiere a Moreno y otros entrevistados por la documentalista no es menor, ya que los creadores audiovisuales han sostenido que el secuestro del material filmado vulnera los derechos de Elena Varela y por extensión amenaza los de todos los documentalistas. Por coincidencia, en estos mismos días el Senado chileno tiene en tabla la votación del proyecto de ley firmado por la Presidenta Bachelet y ya aprobado por amplia mayoría en la Cámara de Diputados, que extiende el resguardo del derecho de protección de la fuente a los audiovisualistas, generado precisamente por el impacto de este caso. Se estima que la iniciativa es de fácil despacho y del mayor interés para el Ministerio de Cultura que encabeza Paulina Urrutia, por lo que las negociaciones para lograr su aprobación han sido intensas y aparentemente exitosas.
Intencionalidad de la fiscalía
Aunque a Elena Varela la Fiscalía intenta involucrarla con una organización que realizó asaltos con resultado de muerte, los interrogatorios a los que fue sometido todo el equipo que trabajaba con ella –también detenido inicialmente- eran sólo sobre el conflicto mapuche y los atentados incendiarios contra las forestales y no hay ninguna filmación ni objeto encontrado en los allanamientos que esté relacionado con esas acciones. El equipo jurídico sosteiene que las acusaciones deben fundarse en hechos ciertos y fundados y no en suposiciones porque de otra manera sólo se logra “desacreditar al gobierno y sus órganos” e infundir temor a nivel nacional
La presión ejercida por niveles superiores para que se mantuviera una acusación tan feble sólo puede entenderse como parte de una intencionalidad que persigue el amedrentamiento de los intelectuales que desarrollan su labor de creación en lugares de conflicto social y político y se relacionan con personas perseguidas. El mensaje es claro: quienes se vinculan con las luchas del pueblo mapuche, cada vez más criminalizadas, se verán también alcanzados por esa dinámica y serán enjuiciados. Igualmente, quienes con su obra operen contra el síndrome del olvido y rescaten la memoria colectiva de las luchas del pueblo, quienes trabajen con los niños y las nuevas generaciones para romper el miedo imperante en la sociedad chilena y especialmente en el campo, lejos del ámbito urbano, no serán tolerados por el sistema.
Elena cometió el crimen de hacer ambas cosas, y con su cámara no sólo grabó a los dirigentes perseguidos de las comunidades mapuche que recuperan sus tierras ancestrales, sino también a los niños de Neltume que dijeron que querían conocer la historia de su pueblo, y a los sobrevivientes de la guerrilla mirista que explicaron por qué y dónde se asentó un grupo de combatientes. La música de los documentales es de Elena Varela, que es también compositora, directora de orquesta y musicóloga. Fueron cinco años de trabajo, casi el mismo tiempo que la fiscalía dice que ella dedicó a planificar asaltos a bancos. En www.ojofilm.cl (la productora de Elena Varela), se pueden ver los trailers de los documentales y una presentación de su obra que abarca muchos otros ámbitos, como la formación de jóvenes documentalistas. Y en you tube se la puede ver dirigiendo la orquesta sinfónica de niños de Panguipulli.
Pero ¿sabrán los jueces qué significa hacer un documental, cómo se hace una investigación, cuánto tiempo lleva producir, filmar, editar? De eso y de lo que hay detrás de cámaras, de la motivación que lleva a un creador a filmar, del impulso vital que hace que un autor no descanse ni duerma hasta llevar a término su idea se hablará en este juicio especial que pocos habrían imaginado puede ocurrir en el país gobernado por la Presidenta Bachelet, en su período de mayor popularidad, y cuando en el Senado se sienta en la testera Jovino Novoa, en un impensado regreso del pinochetismo a las alturas porteñas. Así estamos en Chile.
Esta novela continuará….

sábado, marzo 07, 2009

La novela de Elena Varela (1): lectura recomendada para el Día Internacional de la Mujer



En estos días la cineasta Elena Varela (chilena, 43 años, una hija de 16, licenciada en música por la Universidad de Chile, intérprete en clarinete y saxofón, compositora y directora de orquesta, Magíster en Artes mención Musicología.) filma en el sur para su documental “Newen Mapu Che” (La Fuerza de la Gente de la Tierra, FONDART 2007). Pero el 17 de marzo, en Rancagua, defendida por el ex juez Juan Guzmán y rodeada de una red de comunicadores, artistas y luchadores por los derechos humanos, Varela enfrentará en un juicio oral los cargos de asociación ilícita, robo con homicidio y robo con violencia. La fiscalía pide quince años de prisión para la realizadora detenida el 7 de mayo de 2008, por “planear estos delitos, reclutar gente y refugiar a los delincuentes después de acaecidos los hechos”. La acusación se basa en la breve vinculación sentimental que la realizadora tuvo en 2004 con “Leonardo Civitarese” a quien el fiscal Servando Pérez Jordán identifica como Juan Moreno Venegas, jefe del autodenominado MIR/Ejército Guerrillero del Pueblo, una división del MIR formada en los 90. Moreno no ha sido habido. Para otros dos chilenos detenidos en la misma fecha que la documentalista, el fiscal pide veinte años de prisión. Elena Varela está con libertad diurna desde agosto del año pasado, luego de tres meses de rigurosa prisión en la Cárcel de Alta Seguridad de Rancagua.
Horas antes de viajar a tierra mapuche, la documentalista me decía: “Ahora veo muy claramente de qué manera ellos fueron dibujando esta historia, y armando esta persecución de cuatro años. No hallaron nada en mi casa de Licanray, en Los Laureles 31. Sólo cuentan con la grabación de una conversación telefónica mía con una amiga, de un tema sentimental. Lo único que pueden decir de mí es que el año 2004 yo fui pareja de una persona a quien conocí con el nombre de Leonardo Civitarese, y como periodista argentino y que ellos me dijeron era Juan Moreno, de nacionalidad chilena. Todo lo demás es un montaje empresarios-gobierno, una masacre anti-izquierda. La Agencia Nacional de Inteligencia, la ANI está detrás de todo, ellos construyen la historia y buscan los acomodos. Newen Mapu Che es a favor del pueblo mapuche, contra las forestales, y los poderosos. Ser documentalista significa registrar los dolores de la sociedad, contarle al mundo las injusticias que se cometen contra el pueblo mapuche con el apoyo silencioso de un estado supuestamente democrático, eso es lo que yo hago Pero el fiscal y la policía creen que nos hacíamos pasar por cineastas y éramos una célula guerrillera. Suponían que los íbamos a recibir con balazos. Fue impresionante, centenares de policías desplegados, algunos camuflados como obreros aparentaban trabajar en en las zanjas de la entrada de mi casa. Habían tendido un cerco durante años, para conseguir la información que ahora tienen de mis entrevistados. En la película “Sueños del Comandante” están los sobrevivientes de los años 80 que siguen luchando, ellos hacen cada año una expedición a la zona donde fue la guerrilla de Neltume. Todo esto le sirve a la policía para hacer un montaje que parezca real, como en los tiempos de Pinochet. Hay una novela creada que es como una película de ficción, para capturar el material audiovisual y evitar que se difunda públicamente.”
Autores y editor de la novela
Elena se convirtió de cineasta en protagonista de esta novela por obra y gracia de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), que preside el abogado socialista Gustavo Villalobos. Para esta prolongada pesquisa, la ANI, contó con el diligente apoyo de los los inspectores Luis Albornoz Urra y Juan Reyes Gutiérrez, de la Policía de Investigaciones (PDI) de Rancagua.
La ANI es sucesora de la Dirección de Seguridad Pública y de la “Oficina” (1991), que dirigía entonces el hoy parlamentario Marcelo Schilling. Al inicio de la transición democrática chilena, la Oficina reclutó como colaboradores a algunos prisioneros políticos y ex militantes de grupos de la izquierda revolucionaria, para desmantelar e infiltrar a esas organizaciones. En esa época se creó la primera Cárcel de Alta Seguridad y se aprobó la Ley de Delación Compensada. El uso de la tortura y de la presión a familiares de perseguidos – métodos heredados de la CNI- fueron parte del accionar de la Oficina y parecen continuar hoy.
La producción literaria de la PDI/ANI, fruto de cuatro años de trabajo en que se invirtieron cuantiosos recursos fiscales, se entregó al “editor”, Servando Pérez Ojeda, Fiscal adjunto de esa ciudad. El debió entonces acusar a Elena Varela de los delitos ya mencionados, con pruebas que el equipo jurídico desestima por completo. La policía insiste que en los años 2004-2008, Elena Varela integró junto a su pareja y otros, la organización Ejército Guerrillero del Pueblo Patria Libre (una facción del antiguo MIR). Con ellos planificó el robo a la Sucursal del Banco de Estado en Loncoche (20 de diciembre de 2004) y un robo con homicidio en las oficinas del INP de Machalí (10 de junio de 2005), proporcionando refugio a quienes participaron en los hechos e incurriendo en asociación ilícita.
Su producción documental
¿Cuándo hizo eso? Está comprobado que en 2004 y 2008, la realizadora trabajó sin parar con su productora Ojo Films, en documentales financiados con fondos públicos concursables. El proyecto con el que ganó el 2006 el Fondo Audiovisual CORFO desentierra la historia de la localidad de Neltume (comuna de Panguipulli), algo que según Elena “sólo está en la conciencia colectiva y la expresión oral del pueblo y es lo que me hizo ir a buscar con la cámara. El síndrome colectivo de no poder recordar es lo que yo más destaco. El nombre “Sueños del Comandante” se debe a que esos sueños retornan el año 81 cuando un grupo de sobrevivientes vuelve, a armar la guerrilla.” Elena agrega que en “Newen Mapu Che” (2007, FONDART) su objetivo era que la gente despertara y comprendiera -desde el corazón -la represión que viven los mapuche de Arauco y Malleco, calificados como terroristas por recuperar sus tierras.
Varela retomó ahora “Newen Mapu Che” con los fondos correspondientes a la segunda parte del proyecto, tras el visto bueno del FONDART .Su guión surge de la experiencia ganada por la cineasta con el fondo audiovisual de CORFO (2005) otorgado a “Tres Mujeres” (mapuche), juzgadas por la ley antiterrorista. En 2004 la cineasta había trabajado en “Miradas del Sur”, su primera experiencia con FONDART, formando jóvenes documentalistas,. Ese año era directora de Cultura en Pucón, creando la Casa de la Cultura de esa comuna y promoviendo intercambios con Directores de Cultura de todo Chile. Siguió un postítulo en Gestión Cultural (U de Chile/U Iberoamericana de España) generando un diagnóstico cultural local. Su guión para el largo metraje “Pueblo de los Niños” fue premiado en el Festival de La Habana. En 2006 creó la Orquesta Infantil Intercultural de Panguipulli, que dirigió por tres años.
Los personajes restantes
El operativo simultáneo de detención de seis de los personajes de esta “novela de Elena” tuvo lugar simultáneamente en Licanray y otras localidades de la Región de la Araucanía. Entre los restantes chilenos involucrados en esta creación ANI-PDI está Juan Moreno Venegas, 43 años (nombre político "Gabriel" o "el Vieja"), conocido como “Leonardo Civitarese” por Elena Varela. La policía supone que está actualmente en Colombia con las FARC y espera su extradición. Se le sindica como jefe del Ejército Guerrillero del Pueblo (MIR-EGP), organización que parece tener escasos miembros en Chile.
Pieza clave de la acusación es doña Andrea Faustina Muñoz Gaete (39 años) testigo protegida del Ministerio Público desde 2005 y viuda de Alfredo Hermosilla, un miembro del grupo muerto en esa fecha, al ser repelido el asalto en que participaba en Machalí.. La mujer posibilitó el operativo de seguimiento, control y detención de los acusados. Su declaración da cuenta que el grupo incluye además a varios argentinos. La policía obtuvo su colaboración después de la muerte de su marido, ex auxiliar del Hospital de Temuco. Ella nunca fue formalizada. Moreno Venegas solía alojar en casa de los Hermosilla-Muñoz, manteniendo una relación íntima con esta mujer. Ella -de oficio paramédica, al igual que Hermosilla- proveía de medicamentos a Moreno. Andrea Muñoz declaró que su marido le informaba de todo su quehacer político y le dio a conocer los otros integrantes. El grado de detalle de su confesión acerca del nacimiento, accionar y objetivos del MIR/EGP y su relación con la policía, permiten encuadrarla como colaboradora eficaz y/o infiltrada de la ANI en el citado grupo, entre 2005 y 2008.
Otro personaje de la obra es Cristián San Martín Morales (“Flaco”) quien se fugó el 2006 de la Cárcel de Temuco, después de dos años de detención por el robo con violencia en Loncoche, Región de la Araucanía. Reivindicó su fuga desde Argentina. Según Andrea Muñoz Gaete, San Martín participó en 2002 en Sao Paulo en el secuestro del publicista brasileño Olivetto, junto al ex frentista Mauricio Hernández Norambuena y otros chilenos actualmente presos en Brasil.
El empleado de Forestal Mininco
Sergio Reyes Matus, “Forestín”(36 años) ex chofer de Forestal Mininco, es la segunda pieza clave de la acusación. Declara provenir del MIR, describe en detalle las tareas para las que se movilizaba en camionetas de la empresa, confiesa participación en acciones armadas y en una escuela de guerrillas, y ayuda a Cristián San Martín a cruzar a Argentina cuando éste se fuga. Rechaza el ofrecimiento de organismos de ddhh de tener un defensor privado y expresa temor por posibles represalias en su contra. No obstante su delación eficaz, la fiscalia pide 20 años de prisión para él. Su libertad de movimiento en Forestal Mininco hasta la detención, los frecuentes préstamos solicitados a bancos y y a Mininco – para “Gabriel” - el arriendo de vehículos y el manejo de variados recursos, sumados al grado de detalle de su confesión, son elementos para considerar la posibilidad de un trabajo de Sergio Reyes como infiltrado de la ANI en el grupo, desde la confesión de Andrea Muñoz, en 2005.
El retornado de Suecia
Kenny Sánchez Contreras (49 años) es el tercer coimputado. Para él la fiscalía pide 20 años de cárcel. Es comerciante, ex preso político mirista en dictadura, retornado desde Suecia en 1988, padre de cinco hijos y hoy militante socialista. Niega participación en el grupo y hechos señalados y declara que puede comprobar que en esas fechas estuvo respectivamente en un bautizo y una ceremonia junto a su madre próxima a fallecer. En octubre de 2008, en carta dirigida a los organismos de derechos humanos denunció que su pareja, Flor Domínguez, permaneció detenida dos meses, en represalia por haberse acogido inicialmente él a su derecho a guardar silencio. Sostuvo que el Inspector Juan Reyes Gutiérrez lo conminó a asumir responsabilidad por esa detención "por tener una actitud rebelde", agregando, "tenemos todos los medios y la tecnología para poner y sacar pruebas, según sea el caso". Sánchez también denunció que el fiscal Servando Pérez estaba en el cuartel de investigaciones de Rancagua cuando se torturaba física y psicológicamente a los seis detenidos para que firmaran declaraciones inculpatorias. El observó que fueron dos miembros de la ANI quienes dirigieron el interrogatorio a Sergio Reyes Matus ese 7 de mayo. Los abogados de la defensoría pública no llegaron. Sostiene Sánchez en su carta pública: “Me siento orgulloso de haber luchado en las filas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) contra la dictadura más sangrienta de nuestra historia. Mi pasado no es terrorista. El MIR fue reconocido por muchos gobiernos como una organización de liberación nacional que hizo una valiente resistencia contra la dictadura. El fiscal Pérez se refiere a mi pasado político como un hecho vergonzoso, con el propósito de establecer mi culpabilidad a priori. Sin embargo, él no dice que mi condena de relegación interna fue conmutada por la pena de extrañamiento después que la CNI asesinó al pintor mirista Hugo Riveros Gómez (8 de julio de 1981), cuando estaba libre bajo fianza, procesado en la misma causa que yo. Los asesinos de Hugo Riveros caminan hoy libres por las calles de Chile.” Demanda finalmente que no se le juzgue “ en base a sesgos o prejuicios determinados por la orientación política de quienes tienen el deber de impartir justicia.” Kenny Sánchez pertenece a una familia histórica de la combativa población La Victoria de Santiago, comuna de Pedro Aguirre Cerda.
Aunque inicialmente había otros tres personajes incluidos en lo que hemos dado en llamar La Novela de Elena, el editor/fiscal Servando Pérez no perseveró con ellos. Flor Dominguez, pareja de Kenny Sánchez, actriz, ex Directora de Cultura de la Municipalidad de Ercilla; Jorge Pineda, chofer de colectivo en Villarrica, formalizado en distintos momentos por los dos robos, y Leticia Cárdenas, detenida por ser propietaria del celular de Alfredo Hermosilla, estuvieron presos varios meses.
Elena y Leonardo
Sobre su comparecencia ante el fiscal Pérez de noviembre de 2008, Elena aclara que su primera declaración -en mayo de 2008 - la hizo en estado de shock por los abusos sufridos durante la detención y desconociendo los cargos que se le hacían. Por ello no reconoció la foto de “Leonardo Civitarese” ni su relación con él, sintiéndose además confundida de que en el interrogatorio se refirieran a “Leonardo” como “Gabriel”, coincidiendo ese nombre de pila con el de su pareja Gabriel Rosales Barriga, fallecido el año 2006. Elena habló sobre “Leonardo” en su segunda declaración, ya acompañada por su actual abogado Juan Guzmán. Expone que “Leonardo” se le presentó en un viaje en bus, como corresponsal de una agencia internacional de reportajes, con sede en Francia, y se mostró muy conocedor del tema mapuche. De ese acercamiento surgió al poco tiempo una relación sentimental. Elena.estuvo internada por la pérdida de un bebé de “Leonardo” en 2004. El la cuidó aclarando que todo había sido “un error”. En noviembre de ese año la relación entre ambos ha concluido. Sólo se ven una vez más, en agosto de 2005, en el entorno familiar de Elena cuando “Leonardo” va a despedirse anunciando que se va a Francia. Elena declara que a esa fecha ya conocía a Gabriel Rosales Barriga.
Me explica Elena: “Cuando conocí a Leonardo yo venía llegando de Santiago, aún no tenía contacto con mapuches ni con gente que supiera del tema. Me ofreció asesoría para los documentales. El se quedaba una tarde y luego partía. Nunca vivimos juntos. No supe su militancia ni su actividad política. Mi relación con él fue corta y sufrí mucho. Leonardo rechazó mi oferta de trabajar para mi documental y en cambio me presentó a Renato Reyes Matus, entonces periodista de la revista mapuche Azkintuwe.”
Sentimientos
Para los acusadores, Elena Varela era perfectamente consciente de lo que hacía “Leonardo” (Juan Moreno)y se esconde detrás de sus películas. Creen que su trabajo le proporcionaba a él un manto perfecto para sus actividades. Para probar la complicidad de la realizadora, citan la grabación de una conversación telefónica entre ella y Flor Domínguez, en la cual la cineasta se queja de que Leonardo “no sienta cabeza”.
Refuta Elena: “Con Flor hicimos juntas un postítulo, y nos hicimos amigas, hablábamos por teléfono. La conversación que cita el Ministerio Público era un reclamo mío, de tipo sentimental, yo no entendía porqué la relación con Leonardo no tenía continuidad ni estabilidad, yo no tenía cómo ubicarlo, me refería a eso, no a lo que él hacía, que yo desconocía por completo.”
La viuda y Elena
Implacable, acusa el Fiscal adjunto de Rancagua: “Andrea Muñoz Gaete declara que Elena pertenecía a la misma organización que Hermosilla, su marido, y que en la casa de Pucón donde vivía "Gabriel" con Elena, a quien le decían "la negra", había un mueble de madera (un barretín) en que se ocultaban armas de fuego, que después fue trasladado a otro lugar.”
Cuando fue detenida, Elena ignoraba el origen de la persecución. “El fiscal me habló en mayo de un testigo, pero yo sólo accedí a su nombre y su foto de carnet meses después. Antes era testigo protegido.” La viuda de Hermosilla y la realizadora se conocieron en 2004, cuando “Leonardo” (Juan Moreno) llevó a Elena a casa de ésta. Recuerda la documentalista: “Leonardo me dijo que tenía una gran amiga, auxiliar médico, que siempre lo atendía cuando se emfermaba. Fuimos a su casa para que él se hiciera unos exámenes médicos, relacionados con la pérdida que yo tuve. Pero ella no me recibió bien, por celos según Leonardo, porque habían tenido una relación amorosa. Sólo la vi por los exámenes. Ella nunca estuvo en mi casa, y lo que encontraron en mi estudio sólo eran cosas de utilería para los documentales.Esa mujer inventa cosas.”
El chofer de Forestal Mininco
En el juicio oral el tercer co-imputado es Sergio Reyes Matus, cuya esposa padece epilepsia y serios problemas siquiátricos. Se confesó culpable de integrar una organización cuyo jefe era Juan Moreno ("Gabriel"), y de participación en un robo y asalto investigado. Involucró en estos hechos a Elena Varela. Dijo que “Gabriel” habló delante de ella sobre el asalto a realizarse en el norte y su necesidad de un vehículo. Declaró que después del asalto en Machalí se refugió siete días en casa de “Gabriel” y Elena que estaban deprimidos por la muerte de Hermosilla.
Ella lo desmiente: “No conozco a Sergio Reyes Matus, nunca lo vi antes de ser detenida. Yo sé que a él lo amenazaron con tomar presa a su señora y que su hijo quedaría desamparado. Sólo conozco al periodista Renato Reyes, que vive en Nueva Imperial y se desempeñó en la Municipalidad hasta el 2008. Con él trabajé un tiempo en mi documental. No sabía que eran hermanos, según Renato él no tenía familia. Sólo él pudo haber citado a su hermano Sergio a mi casa. Yo nunca lo vi, y tampoco quienes vivían y compartían conmigo. Mi casa de Pucón era mi estudio, y además de mi hija América, vivía con nosotras mi tía Gloria Jerez . El padre de mi hija viajaba los fines de semana a verla. También iban a trabajar allí días enteros integrantes del equipo técnico como el mismo Renato Reyes, Joel Zuñiga, Paola Vásquez, Carolina Campos, Benito Rivas, Frank Mardones, y Carmen Berríos. Posteriormente, Carlos Pino, Rodrigo Aliaga, ambos de Valparaíso; José Luis Sepúlveda, Mauricio Durán, Pablo Stephens, Fredie Hayes, Alejandro Contreras. Igualmente estaban siempre el lonko Necul Cariqueo (de la comunidad cacique José Guiñón), Cristina Painemal, profesora básica intercultural, y Marcelo Quintrileo, mi director de arte. Por tres años fueron mi vínculo con las comunidades en conflicto que me interesaban para la película.”
Una de las “pruebas” del fiscal contra la cineasta son llamadas por celular entre Elena y Sergio Reyes el día del asalto, en que ella “le dio instrucciones”.
Elena hace su descargo: “Ahora sabemos que Sergio Reyes tenía varios celulares, pasados por Forestal Mininco. El probablemente le pasó un celular a su hermano Renato. Por supuesto yo hablaba por celular con Renato, ya que trabajábamos entonces en el documental "Miradas del Sur"sobre la orquesta sinfónica de Lautaro, dirigida por Deisi Viveros, y en otro proyecto. En el curriculum que Sergio presentó al postular nosotros al al fondo CORFO con “Tres Mujeres”, figura justamente este número de celular.”
Solo de Trombón
También pretendió la policía inculpar a Jorge Alberto Cerda Contreras, un renombrado músico santiaguino, solista de trombón de la Orquesta Sinfónica Nacional. Cada año participa con la Sinfónica en la Semana Musical de Frutillar. El fiscal Servando Pérez sostiene que después del asalto en Machalí (2005) Elena Varela habló 20 minutos por celular con él para que ocultara a los delincuentes. No hay audio.
Elena replica: “Jorge Cerda y yo somos amigos y durante doce años, fuimos socios de la Escuela de Todas las Artes, y también, por un tiempo socios en la productora Ojo Films. Trabajamos juntos en las orquestas, él es solista en trombón. Siempre hablábamos por teléfono. La policía allanó con violencia su departamento en calle Bulnes. El y su señora declararon que en junio de 2005, no hubo ningún grupo de personas que llegara a alojarse a su domicilio, y explicaron que me conocen desde la universidad.”
Cuatro celulares
La Fiscalía pretende presentar como pruebas, llamadas a celulares que eran contactos habituales de trabajo de la documentalista. Uno era de Rebeca León Cisterna, directora de un magister virtual que la realizadora cursó en la Facultad de Artes de la U de Chile. Otro número pertenecía a Hernán Torres Cerna, marido de Deysi Viveros, directora de la orquesta infantil de Lautaro, con quien Elena Varela trabajó en varias oportunidades en 2004 y 2005. El tercer número cuestionado corresponde a un prepago utilizado por América, la hija de Elena.
La organización criminal, según la Fiscalía, dio dinero a Elena para adquirir un vehículo que no pudo ser ubicado. Refuta Elena Varela: “La dirección de la camioneta que compré para el proyecto en Inalco estaba mala y cambié esa Chevrolet por un Corsa. La empresa dejó la camioneta en reparaciones y después la mantuvo en exhibición en su local, la policía la buscaba en la calle y por eso no la encontraban…”
Objetivos y medios de la organización
Andrea Muñoz Gaete declara en el proceso que la organización buscaba generar vínculos con comunidades mapuche y que los asaltos eran para conseguir fondos, reagrupar al MIR y financiar la defensa de los chilenos presos en Brasil, especialmente de Mauricio Hernández Norambuena.
Por ende, la Policía de Investigaciones – aparentemente desconociendo cómo se opera en cuanto a la gestión y rendición de fondos de proyectos - supuso que la condición de Elena como ganadora de varios concursos nacionales de cine, dotados de importantes sumas de dinero, le permitía cumplir con ese objetivo de pagar la defensa de Hernández Norambuena y financiar al grupo subversivo.
Relata Elena Varela: “Para “Sueños del Comandante”, leí mucho sobre el MIR y entrevisté a miristas de esos años. Me mostraron lugares donde estuvo el destacamento guerrilero el año 81.Yo vi el miedo de la gente del lugar, que aún existe, eso es fuerte, pero rescaté esa historia. Para la Fiscalía todo eso me convierte en un peligro. La ANI y la policía se creyeron su propio cuento de terror: iban armados hasta los dientes cuando me detuvieron.”
Materiales “subversivos” requisados
Recapitula Elena: “El día de la detención íbamos a subir a filmar a la montaña donde se había instalado la guerrilla para “Sueños del Comandante” . Se incautaron maletas con uniformes militares... Pero los veinte informes periciales de Criminalística de Investigaciones coinciden: no se encontraron en mi casa materiales ni documentación subversiva ni elementos para fabricar bombas o armas. “
Barría y la CIDDHH
El embajador chileno Juan Anibal Barría, Director de DDHH de la Cancillería, dirigió una carta el 7 de noviembre de 2008 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en respuesta a la denuncia a favor de la cineasta por violaciones a la libertad de expresión, presentada por el Centro de DDHH de la Universidad Diego Portales junto a documentalistas y personalidades de la cultura. En la misiva, Barría niega los cargos y hace presente “la naturaleza de algunos objetos encontrados, que no son de uso común en una documentalista como por ejemplo, chalecos tácticos, pasamontañas y cascos”.. Barría adjunta a la carta un parte de Investigaciones que en la extensa lista de objetos requisados incluye, entre otros, (sic) “2 metralletas de juguete, siete pistolas de juguete, afiches alusivos a movimientos subversivos, dos gorras color verde, dos pares de botas militares negras, un dvd titulado nehuen mapuche, un dvd titulado sueños del comandante…”
Por otra parte, dado el alto impacto que produjo el caso Elena Varela en el medio artístico, en octubre de 2008, la Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría, en primer trámite, un proyecto de ley enviado por el gobierno, que resguarda el secreto de la fuente para los comunicadores audiovisuales. La Presidenta Bachelet recogió de esta manera la iniciativa parlamentaria surgida de los diputados Marco Enríquez-Ominami y Alvaro Escobar, ambos del medio audiovisual y artístico.
Las filmaciones requisadas
En su carta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el embajador Barría sostiene que el Ministerio Público respaldó todo el material filmado “para evitar su pérdida, deterioro o destrucción”, rechazando la denuncia ciudadana.
Sostiene Elena Varela: “Eso es falso. Aunque la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia solicitó que se clonara todo el material audiovisual incautado, en resguardo del patrimonio cultural y la propiedad intelectual, Investigaciones sólo le proporcionó un listado parcial de cintas. La productora Ojo Film aún espera la devolución formal, por parte de la Fiscalía de Rancagua, de nuestro catastro de 300 cintas y discos de material fílmico. Se nos dijo que las cintas fueron solicitadas por Fiscales de la Araucanía y que sólo tenían en su poder alrededor de 100 cintas. Mis entrevistados cuentan en esas cintas, por ejemplo, cómo se planificó la represión contra la Coordinadora Arauco Malleco. La Novena Región es un escenario de experimentación de cómo hacer la contrainsurgencia en democracia. Se ve en mi película lo que hizo el General José Bernales cuando estaba al mando en la zona. Eso es lo que quieren ocultar. ”
Esta novela continuará...

Marie-Monique Robin en Chile: 1º de abril en la Biblioteca Nacional


A todos y todas:
Los invitamos a dialogar con Marie-Monique Robin el 1º de abril, en la Sala ERcilla de la Biblioteca Nacional, entre 18 y 20.40 horas. Vino a Chile a presentar su libro "El Mundo según Monsanto" y el video del mismo nombre, invitada por la Red de Acción en Plaguicidas y sus alternativas (RAP-AL)que coordina en Chile María Elena Rozas.
La invitación es suscrita por la Alianza por una Mejor Calidad de Vida (RAP-Chile)formada por ANAMURI, OLCA y CIAL y por Editorial Península / Océano, que distribuye su libro en Chile (el video lo venderá RAP-AL).
“El mundo según Monsanto” es un exhaustiva investigación que desnuda los métodos utilizados por la corporación transnacional Monsanto para convertirse en líder mundial del mercado de semillas, cultivos transgénicos y plaguicidas, controlando buena parte de la producción de alimentos a nivel planetario. Marie-Monique Robin acaba de obtener el Premio Rachel Carson 2009, que se entrega en Noruega a una mujer destacada por su trabajo en la defensa del ambiente. Es autora de varios libros, reportajes y documentales por los que ha recibido más de veinte galardones internacionales, entre los que destaca el Premio Albert-Londres (1995). “El mundo según Monsanto” (Península/ Océano 2009) se ha convertido en un best seller en Francia y ha sido traducida a diez idiomas. Comentarán la obra, Camila Montecinos, agrónoma de Genetic Resources Action (Grain), Juan Chapple en representación de la editorial y el video, Marco Enríquez-Ominami, diputado y documentalista que es uno de los escasísimos parlamentarios que ha expresado su apoyo a la lucha por un Chile libre de transgénicos. En la moderación. María Elena Rozas, de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas (RAP-AL) , organización anfitriona de la visita de Marie Monique Robin.