viernes, mayo 02, 2008

Crónica del Primero de Mayo en La Habana


Sin la presencia de Fidel Castro por segundo año consecutivo, medio millón de trabajadores y estudiantes de la capital cubana celebraron el Primero de Mayo con un emocionante desfile internacionalista en la Plaza de la Revolución, en La Habana. La demostración culminó con la ejecución del legendario himno La Internacional, interpretado al aire libre por un gigantesco coro y la orquesta de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), y el espontáneo canto en diferentes lenguas de casi dos mil entusiasmados visitantes de otros países. Músicos y coristas estuvieron trabajando dos horas sin parar.
La celebración apoteósica pero disciplinada del Primero de Mayo es uno de los rituales clave de la Revolución. Raúl Castro presidió el acto, saludó a los asistentes desde la tribuna de honor, pero no pronunció discurso alguno. Siguiendo una nueva modalidad en los actos de masas en este país, el único orador fue Salvador Valdés Mesa, secretario general de la central obrera, quien resumió brevemente los grandes desafíos que tiene por delante la Revolución Cubana. "La nueva tónica es menos discursos y que estos sean breves", explicó Tubal Páez, diputado y presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Actos similares se reprodujeron a la misma hora a través de las 14 provincias cubanas.
El padre de la Revolución estuvo ausente físicamente, por razones de salud, pero su presencia se impuso en los numerosos carteles hechos a mano que decían Fidel, en los gritos y consignas, y en otras constantes alusiones de los participantes. "Para cualquier manifestación en nuestros países los organizadores contratan a una empresa publicitaria que se encarga de la producción y toda la parafernalia propagandística, pero aquí se advierte el esfuerzo sencillo del pueblo que utiliza cartones de embalaje e incluso las convocatorias que vi desde los días anteriores en La Habana Vieja estaban escritas mano", comentaron el argentino Alberto Mas y su pareja chilena Vivian Parra. "Es lo más emocionante que me ha tocado vivir", exclamó la chilena.
Organización y disciplina

La demostración resultó impecable desde el punto de vista de su organización y ejecución. Los participantes abandonaron sus hogares a temprana hora de la madrugada de un día festivo, algo difícil de imaginar en cualquier otro país latinoamericano. Desde las 4 de la madrugada, los manifestantes comenzaron a desplazarse masiva y ordenadamente, a pie o en vehículos y en plena oscuridad, para dirigirse a los puntos de concentración previamente establecidos por las organizaciones sindicales y estudiantiles, más las organizaciones vecinales de los habitantes de todos los municipios de la ciudad capital.
"En la nueva cultura cubana, el Primero de Mayo es un acontecimiento social y político de gran envergadura", comentó el periodista cubano Roger Ricardo Luis, quien desfiló con las huestes de la UPEC y del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, quienes primero se congregaron en sus lugares de trabajo para dirigirse a pie los puntos de reunión preestablecidos. La ciudad tuvo un tráfico inusual pero ordenado, controlado por policías de tránsito con bastones luminosos en todos las arterias claves de la ciudad.
Este periodista tuvo el privilegio de presenciar el desfile desde una grada a escasos metros del presidium donde estaban Raúl Castro, Valdés Mesa y muchos otros dirigentes de la Revolución. Para tal efecto, fue recogido a las 6 de la mañana en su hotel, El Costillar de Rocinante, en un automóvil que dio una vuelta en círculo de unos 15 kilómetros para evitar la congestión y respetar el diseño del tráfico establecido por los organizadores, y llegar finalmente a un acceso a la Plaza de la Revolución que en línea recta se encontraba a menos de 2 km.
A las 6:30, la Plaza comenzó a llenarse con quienes presenciarían el desfile, aún en la oscuridad. Al frente, más allá de dónde pasaría el desfile, ya se encontraban ubicados en su estrado el coro y la orquesta de la CTC, teniendo a su espalda retratos gigantescos de los principales héroes sindicales del pueblo cubano. La central obrera fue fundada en 1938.
Minutos antes de las 7 despuntó el alba. Y exactamente a las 7:20 una voz misteriosa dijo "Buenos días", por los altoparlantes. Más nada. Gracias a la luz del día, ya podía divisarse nítida, a unos 300 metros, por la avenida Paseo, la masa humana que esperaba disciplinadamente el comienzo del desfile, con sus carteles multicolores y pancartas artesanales hechas por ella misma. En la Plaza estaban dispuestos centros móviles de primeros auxilios, baños portátiles, ambulancias, suministro de agua para beber y otros servicios de emergencia. No vi a ningún policía premunido de algo distinto a un bastón de tránsito o un pito. No se advertía ningún despliegue represivo ni las fuerzas de choque de policías armados hasta los dientes que caracterizan la celebración del Primero de Mayo en otros países.
Evocación de los Cinco Héroes
Dos minutos antes de las 8 apareció Raúl, quien saludó a los espectadores del futuro desfile agitando brevemente su mano derecha. Exactamente a las 8 en punto comenzó a hablar el líder obrero Valdés. Y después de 7 minutos, terminado su breve discurso, inmediatamente comenzó el desfile. Los locutores identificaban a qué sindicato, escuela o municipio pertenecían quiénes estaban pasando frente a la tribuna, mientras el coro y la orquesta no cesaban de entonar himnos revolucionarios cubanos. Nada de las clásicas marchas militares de origen germano que suelen escucharse en otras naciones. Los manifestaban rescataron a los cinco héroes cubanos que se encuentran presos en EEUU desde hace casi diez años por haber infiltrado a las organizaciones criminales de Miami para proteger a su patria de eventuales ataques terroristas de las huestes de Luis Posada Carriles, Orlando Bosh y demás delincuentes que ampara el país del norte y financia la CIA.
Resultó conmovedora la presencia de los familiares de los Cinco héroes prisioneros en cárceles de distintos estados norteamericanos. Y entre la multitud de espectadores pudo verse también al ex "Niño Elián" –Elián González Brotons–, quien ya es un adolescente, su hermanito Giani, que ahora tiene la misma edad de Elián cuando fue secuestrado en Miami, en 2000, y su padre, José Miguel González.
Valdés dijo que "vivimos tiempos complejos cuyas consecuencias nos impactan a todos". Y añadió: "Al incremento galopante del precio de los combustibles y los alimentos, se unen los efectos del cambio climático para conformar una real amenaza de hambre para cientos de millones de personas, a la que se suma las guerras y conflictos presentes en todos los continentes". Manifestó que "nuestros Cinco Héroes constituyen ejemplos de la voluntad indoblegable de resistencia de nuestro pueblo. En este Primero de Mayo les enviamos un mensaje de respaldo, aliento y compromiso a Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando y Rene, a punto de cumplir una década de injusto encierro en cárceles de los Estados Unidos". Y aclaró que "estamos obligados a librar tenaz combate contra las indisciplinas, las violaciones de lo establecido y cuanta conducta delictiva o corrupta lacere la integridad ética y moral de nuestros colectivos laborales" (Ver texto completo en http://www.5septiembre.cu/sociedad907.htm).
A las 10 de la mañana terminó todo. Quienes desfilaron primero ya estaban hacía rato en sus hogares viendo el acto por televisión, cuyas cámaras ofrecían una visión de conjunto mucho mejor que la observada "en vivo y en directo", pero sin la emoción presencial que erizaba la piel durante el desarrollo del acto. A las 10:30 los trabajadores del aseo y quienes laboraban en el acto tenían prácticamente limpia y despejada la Plaza de la Revolución, con todas las estructuras móviles que se usaron desarmadas y empacadas para comenzar a transportarlas, por ejemplo la tribuna de los fotógrafos de prensa, erigida prácticamente encima de lo que minutos antes fue el desfile. La demostración concluyó sin que se alterara en absoluto el funcionamiento de la ciudad.
Por Ernesto Carmona (especial para Argenpress)

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