Pablo Rosales, el gerente de la Planta de Granos de Monsanto en
Paine/Viluco, invitó a la comunidad local a un acto el miércoles 27 de mayo, en la Escuela básica “Humberto Moreno Ramírez”
(ex Santa Victoria) de Viluco, en la comuna de Buin, donde lanzó un video de Seguridad Vial
dirigido a los 370 alumnos de la escuela
pública y sus familias. Buin TV registró
la actividad en el video "Señor Semilla"
En la escuela, que
lleva el nombre de un destacado futbolista de ColoColo nacido en Buin, hubo
dignos profesores que objetaron la actividad, pero su Director, Juan Carlos
Ramírez, se impuso e invitó a sus
colegas directores a sumarse a la
iniciativa de relaciones públicas de Monsanto.
“Sandía Calada” por Bozán
Por su parte, el alcalde de Buin, Angel Bozán
(PPD) subió sin rubor a su facebook el video “Señor Seed”, lanzado apenas tres
días después de la Marcha Global contra Monsanto del 23 de mayo, a la que en Santiago adhirieron miles de
personas. El respaldo del alcalde de esta comuna fue una verdadera “sandía
calada” para la maniobra de lavado de imagen de la transnacional con la peor
reputación en América Latina y el mundo. Al final del video se concluye que “la
preocupación por las personas es fundamental para Monsanto.” Bazán bajó el video 24 horas después de publicarlo, cuando empezó a ser denunciado en redes sociales.
En 2013 el alcalde RN
Diego Vergara, de la comuna de Paine (provincia del Maipo), firmó una “Alianza Estratégica” con Monsanto.
Ahora lo secunda en esa tarea el alcalde Bozán. A través de esa alianza con
Vergara, Monsanto inició el plan de
construcción de una imagen positiva a
nivel local, mientras sigue masificando el uso del tóxico herbicida glifosato (nombre comercial
Roundup ) que pone en riesgo suelos, aguas y comunidades cercanas a los semilleros transgénicos en todo el país.
Las
instituciones no funcionaron
El video del “Señor
Seed Monsanto” es el resultado del desamparo vivido por la población de Viluco/Buin, hasta el 2 de
octubre de 2014 cuando cortaron la ruta G46 que une la ruta 5 Sur con Isla de
Maipo. Chile Visión cubrió la movilización el 2 de octubre.
Durante tres días se
manifestaron los buinenses. El 30 de
septiembre, dos trabajadores habían
muerto atropellados por un camión que llevaba maquinaria agrícola, elevando así
a 22 las víctimas en un solo año en la ruta, rebautizada como “Carretera de la
Muerte”. Los vecinos recibieron entonces
incluso el apoyo de su más ilustre buinense, Claudio Bravo, el extraordinario arquero de la
selección chilena. Finalmente el ministro de obras públicas se comprometió a dotar la ruta de señalética, vermas y lomos de
toro, entre otros, para darle seguridad
a la población frente al intenso tráfico existente.
Ya se instalaron los
reductores de velocidad y este año no ha habido muertes. La seguridad vial es
fundamentalmente una tarea que en Chile desarrolla el departamento de ese
nombre dependiente de Obras Públicas, así como Carabineros de Chile. La
evidente desidia de las autoridades abrió la brecha para que la transnacional
apareciera resolviendo un problema que interesa a todos y neutralizando cualquier protesta debido a la necesidad real
de proteger a los niños y niñas, cuestión no abordada en 2014. Monsanto ya
logró “meter la puntita” y se sabe que el próximo 2 de junio se reúne con el
director del Liceo Enrique Bernstein de Paine para seguir adelante con su plan.
Es necesario estudiar los presupuestos municipales para poder
establecer cuántas iniciativas locales está financiando Monsanto en Chile,
encubierto bajo el equívoco manto de la llamada “responsabilidad social
empresarial” y amparado en necesidades no resueltas por las autoridades. Monsanto,
asediado globalmente, teme el contagioso
ejemplo de comunidades informadas como la del barrio Malvinas Argentinas de
Córdoba, y las Madres de Pueblos Fumigados, organizaciones argentinas que están
hartas del veneno con el que han sido rociadas por Monsanto.
Monsanto y su cría: el Roundup
La transnacional se ha jactado últimamente en CNN y en su propia web
de ser la principal exportadora de semillas transgénicas de Chile, cuestión que
SAG (a cargo del tema transgénicos) evita confirmar actualmente en el sitio web.
En sus diez hectáreas de instalaciones, la planta de Paine recibe el maíz
transgénico proveniente de aproximadamente 300 predios arrendados por Monsanto (con
diferentes nombres, como ANASAC y otros)
a productores ubicados desde la Región Metropolitana a la Región del
BioBio. Allí se recibe, selecciona y seca el maíz transgénico, para ser finalmente
exportado a Estados Unidos y Canadá. También se exporta, en menor
cantidad, maíz convencional (híbrido) a
países europeos.
En Chile, en la temporada 2012/2013 se cultivaron un
total de 27.776 hectáreas de cultivos transgénicos resistentes al glifosato, un
83% de las cuales corresponden a semilla de maíz transgénico.
Según cifras del boletín de insumos de ODEPA, en los años 2014 y 2013 la
importación de herbicidas fue de 8.868
toneladas y 9.620 respectivamente.
En todos los casos, se trata
de variedades de maíz resistente al herbicida glifosato (nombre comercial
Roundup), recientemente declarado como probable carcinógeno por la Agencia
IARC de Investigación del Cáncer,
dependiente de la OMS.
El “acampe” que
detuvo a Monsanto
La reacción contra Monsanto en
Argentina se produjo en los últimos años cuando las comunidades vecinas a
cultivos de soya transgénica comenzaron a notar un sospechoso aumento de
muertes por cáncer y de casos de nacimientos con malformaciones congénitas. Fue
así como se organizaron las madres del barrio Ituizangó Córdoba, de donde es originaria la
lideresa Sofía Gatica. Ella encabeza el
llamado “acampe por la Vida”, una ocupación autogestionada del predio elegido
por Monsanto en el barrio Malvinas Argentinas, a 15 km de la ciudad de Córdoba.
El acampe ha impedido que se construya allí una planta de tratamiento de semilla. Una
hija y una sobrina de Sofía Gatica murieron de cáncer, y ella se ha consagrado
a la lucha en defensa de la vida de los niños y niñas de las comunidades
afectadas por la acción criminal de esta industria biotecnológica en Argentina
En 2009 el doctor Andrés
Carrasco, destacado investigador de la Universidad
de Buenos Aires, ya fallecido, entregó a
este grupo de madres, los resultados de su estudio sobre el glifosato, incluso
antes que se publicara la investigación en una revista científica, por la
gravedad de los hallazgos. Estos mostraban en experimentos con embriones de
anfibios, las malformaciones que producía el uso de glifosato, en
concentraciones menores a las usadas en la agricultura. La organización Médicos
de Pueblos Fumigados comenzó desde entonces a documentar los problemas
detectados en las zonas afectadas por el uso de glifosato en cultivos
transgénicos tolerantes al Roundup. En 2014, investigadores de la Universidad
de Córdoba documentaron en terreno en la localidad cordobesa de Monte Maíz el
aumento de muertes por cáncer, concluyendo que ello estaba asociado a
monocultivos locales en los que se usa el herbicida glifosato y otros
agrotóxicos peligrosos. La población presenta cinco veces más casos de cáncer
que la media registrada por la Organización Mundial de la Salud.
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