Ilse Aigner, la ministra alemana de Protección de la Agricultura y el Consumo se ha comprometido a dar la pelea contra las iniciativas europeas que buscan relajar la posición actual de ese país, de tolerancia cero hacia los alimentos transgénicos.
Actualmente, todos los alimentos de origen vegetal deben
enfrentar rigurosas pruebas para asegurar que nada ha sido modificado
genéticamente antes de su ingreso a Alemania.
Pero la Comisión Europea quiere cambiar las reglas de etiquetado de manera que se permita el ingreso al comercio alemán, de alimentos con residuos de ingredientes transgénicos, según se informó el lunes en el diario Süddeutsche Zeitung. (Nota de la T: La Comisión Europea está intentando múltiples iniciativas al interior de la Unión Europea en favor de los transgénicos. El 9 de marzo de 2012, Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Francia, Alemania, Irlanda y Eslovaquia bloquearon una propuesta de la Presidencia danesa de la Unión Europea, que apuntaba a permitir el cultivo de transgénicos en continente europeo. Para comprender lo que ocurre, es necesario destacar que varios de los miembros de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA, están fuertemente ligados a la industria alimentaria y/o biotecnológica. Matthias Horst, prinicipal lobbysta de la industria alimentaria alemana, pertenece al ejecutivo del directorio de EFSA. Diana Banati fue hasta hace comienzos de mayo de 2012, miembro del directorio de EFSA y durante mucho tiempocompartió esa tarea don su rol en el International Life Sciences Institute (ILSI) una agencia de lobby deMonsanto. ILSI la repuso en el puesto de directora ejecutiva, apenas un día después que ella renunció a EFSA, en un clásico ejemplo de "silla giratoria" de los que tanto nos enseñó Marie Monique Robin en su libro y película El Mundo según Monsanto. En junio de 2012, sin embargo, los gobiernos europeos rechazaron la candidatura de Mella Frewen, la más importante lobbysta de la industria alimentaria FoodDrinkEurope como nuvo miembro del directorio de EFSA. Más info sobre estos conflictos de interés en http://www.corporateeurope.org/blog/eu-member-states-refuse-nomination-ex-monsanto-employee-efsa-management-board )
La Comisión Europea dice que el enfoque de tolerancia cero es demasiado inflexible y ya no es sustentable. Dice que incluso una caja vacía de envase podría hacer que el test de presencia de transgénico fallara.
Pero la Ministra de Protección de la Agricultura y el Consumidor, Ilse Aigner del Partido Demócrata Cristiano, dice que los cambios potenciales podrían dificultar más la toma de decisiones informada de los consumidores acerca de lo que están comprando, respecto de saber si eso realmente está 100% libre de transgénicos.
Pero la Comisión Europea quiere cambiar las reglas de etiquetado de manera que se permita el ingreso al comercio alemán, de alimentos con residuos de ingredientes transgénicos, según se informó el lunes en el diario Süddeutsche Zeitung. (Nota de la T: La Comisión Europea está intentando múltiples iniciativas al interior de la Unión Europea en favor de los transgénicos. El 9 de marzo de 2012, Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Francia, Alemania, Irlanda y Eslovaquia bloquearon una propuesta de la Presidencia danesa de la Unión Europea, que apuntaba a permitir el cultivo de transgénicos en continente europeo. Para comprender lo que ocurre, es necesario destacar que varios de los miembros de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA, están fuertemente ligados a la industria alimentaria y/o biotecnológica. Matthias Horst, prinicipal lobbysta de la industria alimentaria alemana, pertenece al ejecutivo del directorio de EFSA. Diana Banati fue hasta hace comienzos de mayo de 2012, miembro del directorio de EFSA y durante mucho tiempocompartió esa tarea don su rol en el International Life Sciences Institute (ILSI) una agencia de lobby deMonsanto. ILSI la repuso en el puesto de directora ejecutiva, apenas un día después que ella renunció a EFSA, en un clásico ejemplo de "silla giratoria" de los que tanto nos enseñó Marie Monique Robin en su libro y película El Mundo según Monsanto. En junio de 2012, sin embargo, los gobiernos europeos rechazaron la candidatura de Mella Frewen, la más importante lobbysta de la industria alimentaria FoodDrinkEurope como nuvo miembro del directorio de EFSA. Más info sobre estos conflictos de interés en http://www.corporateeurope.org/blog/eu-member-states-refuse-nomination-ex-monsanto-employee-efsa-management-board )
La Comisión Europea dice que el enfoque de tolerancia cero es demasiado inflexible y ya no es sustentable. Dice que incluso una caja vacía de envase podría hacer que el test de presencia de transgénico fallara.
Pero la Ministra de Protección de la Agricultura y el Consumidor, Ilse Aigner del Partido Demócrata Cristiano, dice que los cambios potenciales podrían dificultar más la toma de decisiones informada de los consumidores acerca de lo que están comprando, respecto de saber si eso realmente está 100% libre de transgénicos.
Tanto el Comisionado de Consumidores de la Unión Europea, John Dally como la Cámara de la Industria Alimentaria Alemana (BLL) no están de acuerdo, diciendo que ellos le darían la bienvenida a este cambio “lógico”.
La BLL dijo que garantizar que un alimento está totalmente libre de transgénicos ya no es posible debido a la forma que está operando el Mercado. (Nota de la T: ¿Entonces, todos los alimentos se habrían ya contaminado con transgénicos?)
En 2011 la política de tolerancia cero se expandió para incluir el
forraje o alimento para animals, pero un grupo de lobby para el sector de
alimentación animal ha advertido que si eso no se relaja, los granjeros podrían
enfrentar problemas para tener suficiente comida para sus animales.
Sin embargo la ministra de agricultura no ha confirmado que eso ocurriría, agregó el Süddeutsche Zeitung.
Aigner no solo enfrentaría oposición de los grupos de la industria alimentaria si continúa esta campaña sino también de su socio menor de la coalición, el Partido Democrático Libre que está a favor de relajar las normas.
The Local/jcw Fuente: http://www.thelocal.de/national/20120611-43091.html
Sin embargo la ministra de agricultura no ha confirmado que eso ocurriría, agregó el Süddeutsche Zeitung.
Aigner no solo enfrentaría oposición de los grupos de la industria alimentaria si continúa esta campaña sino también de su socio menor de la coalición, el Partido Democrático Libre que está a favor de relajar las normas.
The Local/jcw Fuente: http://www.thelocal.de/national/20120611-43091.html
Nota: El artículo transcrito aquí, no menciona que la posición de la ministra
tiene el firme respaldo de la mayoría de los consumidores alemanes, como ha
quedado demostrado repetidas veces en el Eurobarómetro, estudio aplicado por la propia
Comisión Europea. Las encuestas del Eurobarómetro
muestran que la mayoría de los consumidores europeos se oponen a los alimentos
transgénicos y creen que no debieran ser promovidos, porque no son necesarios,
son moralmente cuestionables y constituyen un riesgo para la sociedad. Al ser interrogados, responden que aunque se les agreguen ventajas como mejor gusto o menor uso de
plaguicidas o un precio más barato,
igualmente no comprarían esos alimentos (información tomada de la
sección alemana de Amigos de la
Tierra, Bund für
Umwelt und Naturschutz Deutschland – BUND que
cita el Eurobarómetro
http://ec.europa.eu/public_opinion/index_en.htm).
Los consumidores alemanes mantienen un
rechazo total a los transgénicos, razón por la cual la multinacional química alemana
BASF renunció en 2012 a
introducir esos cultivos en el mercado europeo y a comercializar la patata
transgénica Amflora, trasladando a Estados Unidos su sede central
de biotecnología (Comunicado de la empresa en http://www.basf.com/group/pressrelease/P-12-109,
y reacción de opositores a transgénicos en
http://www.tierra.org/spip/spip.php?article1511 ) .
Monsanto, por su parte abandonó en 2011 sus oficinas de Alemania. Más información sobre la posición de los consumidores alemanes en http://www.vivalebio.com/es/planeta/370-los-alemanes-dicen-estamos-hartos-de-la-agricultura-industrial.html
Traducción y Notas: Lucía Sepúlveda, Red de Acción en Plaguicidas
Chile.
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