martes, diciembre 16, 2008

El Estado promueve enfrentamiento entre comuneros

Incluyo aquí esta reflexión de Lautaro Loncón como elemento para entender la dolorosa muerte en Temucuicui del joven punk santiaguino Juan Cruz Makna, que solidarizaba con la causa mapuche. Esa muerte encaja perfectamente con la estrategia aquí descrita.
EL ESTADO PROMUEVE EL ENFRENTAMIENTO ENTRE COMUNEROS EN TEMUCUI CUI (Por Lautaro Loncón)l
Desde hace tiempo a esta parte hemos sido testigo y muchas veces en silencio, de las enormes brutalidades que se comenten en contra de la Comunidad Autónoma de Temucui cui. Los hechos ya casi han anulado nuestra capacidad de asombro e indignación. Constantemente estamos viendo por los medios de información hechos al margen de la ley, maquinaciones, actos de persecución política en contra de sus miembros, hostigamientos de parte del particular René Urban, seguidilla de violentos allanamientos de la policía - la mayor parte sin orden previa de un tribunal- , hermanos en la clandestinidad por ser victima de esta persecución política, otros tantos encarcelados en distintas lugares y finalmente se suman otros hechos; la detención de Patricio Queipul Millanao, un niño de 13 años por la policía de investigaciones, sin que sus padres - por varios días - hayan tenido noticias de él ni del recinto policial en que se encontraba detenido, la posterior detención de otro de los werken de esa comunidad Victor Quiepul , sin un motivo jurídico válido y la de Jorge Huenchullan quien, mientras concurría a Temuco para saber por el paradero del niño Patricio Queipul Millanao Fue agredido por otro dos comuneros y, al pasar a denunciar éste hecho, fue dejado en calidad de detenido preventivamente por parte del Ministerio Público. Insólito. Pero anteriormente otro werken había sido detenido en idénticas circunstancias y hoy se encuentra en prisión en la cárcel de Angol. A todo lo anterior, se suman las ya reiteradas enfrentamientos y/ o agresiones entre personas del mismo sector y de la que alguna vez fue el mismo lof que hoy se encuentran separadas por comunidad de personería jurídica distintas, pero que no por ello no dejan de ser pertenecientes a un antiguo lof y consecuencialmente a un mismo tronco común.
La histórica comunidad de temucuicui fue “reducida” a 250 héctareas en el año 1884 a solo años de la brutal “pacificación de la Araucanía” cuyo titulo de merced figura con el n° 3B a nombre del longko de ese entonces Ignacio Queipul y Millanao. Desde entonces comenzó una larga lucha por reivindicar sus derechos sobre las tierras que no les fueron reconocidas, otras les fueron usurpadas y entregadas a manos de colonos. Desde el año 1973 en adelante, con la dictadura militar del General Pinochet, vivieron la represión, el hostigamiento y los allanamientos que pasaron a ser parte de su cotidianeidad, lo mismo que vive hoy en tiempos de democracia. Sin embargo, el elemento fundamental para soportar los envistes de la represión fue la unidad de sus miembros con que enfrentaron los hechos.
Con el devenir de la democracia, algo cambio para la comunidad de Temucuicui, si bien enfrentaron con relativa mancomunión la reivindicación del fundo Alaska y los actos de represión, esto no se mantuvo por tanto tiempo. Como en toda comunidad se produjo un recambio generacional que vio con mayor amplitud lo que significaba la lucha mapuche. El retazo de suelo que les tenía usurpado el particular comenzaron a percibirlo como la punta del iceberg respecto de todos los demás derechos que el Estado usurpaba al Pueblo Mapuche, importantísimos para la comunidad, pero solo una expresión de la negación de derechos que hacía el Estado de manera constante. Y así nace una dirigencia joven, bastante idealista que entra a diferir de los planteamientos de los antiguos dirigentes. Generándose las primeras diferencias un tanto, política. Situación que con el correr del tiempo se han agudizado y derivado en agresiones y supuestos atentados entre ex comuneros.
Personalmente conozco, he estado junto y encontrado junto a la comunidad de Temucuicui en tiempos que se reivindicaba el fundo Alaska y yo era un miembro más del Consejo de Todas la Tierras y la Comunidad de Temucuicui (Ignacio Queipul y de la cual derivó en la comunidad Autónoma de Temucuicui) era una comunidad más de las tantas que conformaban la organización. Es decir, creo tener un conocimiento de las partes que hoy se presentan en conflictos y por lo mismo me atrevo a afirmar que las diferencias de métodos y alcance de la lucha mapuche no debiera ser más que una diferencia normal que existe en cualquier comunidad de personas o entre dirigentes jóvenes, muchos más progresistas e idealistas frente a viejos dirigentes un tanto más conservadores o acaso mas culturalista.
Estas diferencias no debieran ser puntos de rupturas y menos de enfrentamientos, si en su desenvolvimientos no intervinieran o hayan intervenidos fuerzas externas destinadas a crear un verdadero conflicto entre ellos a partir de sus diferencias con el claro objeto de inmovilizarlas, desarticularlas y en definitiva, paralizar un movimiento emergente peligroso para el Estado, expresados en estos cuadros jóvenes de dirigentes curtidos desde la infancia (como lo esta experimentando muchos niños (as) de Temucuicui) , en el allanamientos y en los actos de represión del Estado.
La agudización de conflictividad entre personas mapuche de la zona y que últimamente a derivado en la detención de los Werken de la Comunidad autónoma de Temucui cui, en abrir procesos de investigación en contra de otras cuatro mujeres, entre ellas, la esposa de Jaime Huenchullan, preso político recluido en la cárcel de Angol, me atrevo a decir que es una acción orquestada desde el Estado, cuyos ejecutante es CONADI y el Ministerio Público, puesto que la detención de los dirigentes de la Comunidad Autónoma de Temucuicui, y la desarticulación organizacional y política de su comunidad, le reporta beneficios a ambas instituciones. A CONADI, en tanto resuelve grotescamente el problema de a quién entregarle las tierras que actualmente ocupa el usurpador Urban en una inminente compra, y que, dicho sea de paso, actualmente es uno de los puntos de conflicto entre ambas comunidades porque en términos de derechos históricos a ambas les pertenecen. Recluidos en las distintas cárceles de la IX región la dirigencia de la Comunidad Autónoma de Temucuicui, se le presenta el momento propicio a CONADI para adquirir el fundo y proceder a entregárselas a la Comunidad Ignacio Quiepul. Procediendo de tal forma, deja conforme a los sectores conservadores y de derecha en el sentido que “no han cedido frente a los violentistas”. Con ello dan por resuelto el tema “Urban” sin que se aumente los niveles de conflictividad entre estás comunidades porque los “otros” (dirigentes de la comunidad autónoma) estarían presos y no habría capacidad de respuesta a tal situación por parte de los demás integrantes de dicha comunidad.
Una manera muy burda de resolver el conflicto que la propia conadi ha creado, pero es la estrategia que al parecer han elaborado. La gran preocupación de CONADI era como terminar el conflicto y a que comunidad entregarles las tierras, y tenían plena convicción que entregándoselas a la comunidad Ignacio Queipul, no lo resolvía, pues la Comunidad Autónoma de Temucui cui seguirá reivindicando esas mismas tierras aumentando el conflicto y de paso quedando en evidencia la nula capacidad de CONADI de resolverlos. En caso contrario, entregárselas a la Comunidad Autonóma de Temucui cui era ceder a las presiones de “radicalizados” y eso sería caldo de cultivo para las críticas de la derecha y los latifundistas. El dilema anterior se podría resolver en la medida que los dirigentes de la Comunidad Autónoma de Temucui cui estuvieran detenidos y sin capacidad de respuesta.
En cuanto al Ministerio Público, su labor de investigar hechos de carácter delictual que ocurren en la IX región es materia de constantes críticas, tantos de los mapuche que señalan que su accionar es racista y antimapuche y también de los dueños de fundo o latifundistas quienes les cuestionan su poca capacidad para poner entre rejas a los dirigentes mapuche, especialmente a estos dirigentes jóvenes que comúnmente les llaman “violentistas o terroristas o responsables directos del quebrantamiento del Estado de Derecho en la IX región” y de la “inseguridad jurídica que existe en la zona”.
Percepción y opinión agria o acaso no amarga para los finos paladares de los fiscales del ministerio público pues lo último, es un abierto cuestionamiento de la clase poderosa de la región a su labor investigativa y en definitiva a su trabajo. Tener entre rejas a todo aquel que huela a dirigente mapuche debe ser un sueño para cualquier fiscal de la VIII, IX y X región, y sobre todo si se trata de estos dirigentes revoltosos de la Comunidad Autónoma de Temucui cui. Entonces, la división que hoy se presenta en este sector es un hecho al que hay que sacarle provecho para lograr la detención de aquellos. Todos los intentos anteriores por detener a los dirigentes mapuche fueron infructuosa, la detención de niños para interrogarlos, incluso bajo amenazas y en las propias escuelas. El ofrecimiento de pago a comuneros mapuches para que declaren en contra de otros mapuches habían sido infructuosos, la amenaza, la extorsión han resultado inútiles. Sin embargo, hoy sacarles provecho a la división es de máxima utilidad y con pocos recursos, solo basta azuzar a otros comuneros para que provoquen estas “agresiones” y esperar que las cosas decanten por si sola. Con este método se ha logrado lo que parecía impensado; hoy existen 6 werkene detenidos en la cárcel de Angol, la mayoría detenidos en circunstancias similares -confusas riñas entre comuneros- entre las cuales al parecer unos se sienten inmunes, otros que pasan por un recinto policial a denunciar estos hechos quedando en calidad de detenidos. Es decir, “caen como un zorzal”. ¿Quién gana con ello? Por cierto no la comunidad Ignacio Queipul, ni la Comunidad Autonóma de Temucui cui, que en último término son todos familiares, sino el Ministerio Público que logra detener y mantener tras las rejas a estos dirigentes, en definitiva, el Estado y su tentáculos de la dominación.
Ya lo decía anteriormente, los conflictos entre la Comunidad Autónoma de Temucui cui y la Comunidad Ignacio Queipul Millanao, no debiera ser distinta a cualquier conflicto o diferencia que puedan tener hoy otras comunidades principalmente por el problema de la tenencia de la tierra o los derechos históricos que pudieran tener ambas comunidades sobre un mismo espacio que alguna vez perteneció a un lof mapuche. Que hoy existan en lo que alguna vez fue un mismo lof o espacio territorial, dos o más comunidades reconocidas por CONADI, se lo debemos a la Ley indígenas y sus redactores. La ley indígena 19.253 permite que en un antiguo lof se cree todas las comunidades que sean posible, solo basta 10 personas y un ministro de fe y la correspondiente inscripción en el registro de CONADI para que haya otra comunidad y evidentemente que todas ellas tendrán derechos sobre las tierras entregadas por los títulos de merced y aún sobre las tierras ancestrales o tierras antiguas que no fueron reconocidas en los títulos de merced.
La ley promueve la división de la organización territorial y política ancestral del Pueblo Mapuche, a la ves, la creación de “comunidades” nuevas con personería jurídica propia, del mismo modo que des- incentiva la existencia de las autoridades tradicionales como el Longko, el Werken y toda la estructura tradicional indígena, levantando frente a ello la figura de Presidente, Secretario y Tesoreros y todos esos menesteres ajenos a la organización tradicional Mapuche.
Es decir, los conflictos que existen actualmente entre la Comunidad Autónoma de Temucui cui y la Comunidad Ignacio Queipul, son como cualquier conflicto que a levantado la CONADI y en definitiva, el Estado en las antiguas comunidades o LOF MAPU y que la opinión pública lo ha constatado en varias oportunidades. La diferencia radical que existe en el sector de temucuicui, es que este conflicto, como lo han denunciado el propio longko Catrillanca y el Werken de la Comunidad Autonoma de Temucui cui, Jorge Huenchullan, es que lo están promoviendo CONADI y el Ministerio Publico para una cobarde y vergonzosa persecución política en contra de los dirigentes de dicha comunidad. Nada más fácil a resultado para el ministerio público y para el Estado encarcelar a los dirigentes de la Comunidad Autónoma de Temucui cui bajo cargos de “delitos comunes”, Robo, asalto, amenazas, etc. Y resulta más fácil aún, si la denuncia proviene de otros mapuche. Así, el encarcelamiento ya no es el resultado del accionar del Estado, con represión política de por medio, sino que es la denuncia de los “rivales” que el ministerio público esta llano y diligente a investigar y encarcelar, pero claramente esto contiene un sesgo político. ¿Por qué el ministerio público no investigó con la misma diligencia la denuncia hecha por Jorge Huenchullan a raíz del homicidio frustrado que fue victima a manos del hijo de René Urban cuando este le tiró la camioneta encima con el claro propósito de atropellarlo? ¿Por qué no ha investigado con la debida diligencia y celo las innumerables denuncias que los miembros de la comunidad de Temu cui cui ha realizado oportunamente por asaltos, tentativas y Homicidio frustrados denunciados oportunamente? Y sin embargo en el último caso mientras voluntariamente concurren a buscar protección judicial de sus derechos son detenidos en el acto. Derechamente el Ministerio público esta faltando a los principios fundamentales que les impone la propia ley orgánica constitucional. Investigar con objetividad los hechos denunciados, actuar bajo el principio de trasparencia. Demás esta decir que el principio constitucional de “igualdad ante la ley” no tiene cabida para investigar aquellos hechos que afecten a los mapuche y en especial a los miembros de la Comunidad Autónoma de Temucuicui.
La conducta de CONADI y del Ministerio Público es deplorable. Demuestra una bajeza moral indescriptible. Este último, centrados en la criminalización del movimiento mapuche, les impide ver el enorme daño que están provocando en nuestra sociedad mapuche, puesto que promover este tipo de hechos - el pago de testigos de la propia comunidad para que declaren contra sus hermanos, o promover la división al interior de la comunidad- produce odiosidades y quebrantamiento de la familia, de la comunidad y en definitiva de la sociedad mapuche. Más que a actos de investigación realizado por profesionales, se asemejan más a la acción del Lumpen que va tras su objetivo.
No me cabe duda que estas acciones de agresión entre comuneros no son dirigidas ni aconsejadas ni por el lonko Catrillanca de la Comunidad Ignacio Queipul, ni por el Werken Jorge Huenchullan de la Comunidad Autónoma de Temucui cui. Ambas son personas mapuche de conocidos valores, principios y serenidad como para estar instigando a su gente a un conflicto sin sentido. No se trata de personas que promuevan la violencia, menos aún entre familiares, de hecho ambos partes han denunciado – sin ser oídos- que estos enfrentamientos lo esta promoviendo la CONADI y el Ministerio Público respectivamente.
No se trata de personas desadaptadas y con una maldad intrínseca que incluso “golpean a una mujer que concurría a un tratamiento sicológico por la perdida de su hijo” como se ha informado incluso por un periódico mapuche (azkintuwe) al contrario, son personas que tienen muchos más valores, principio y arraigo cultural, que quienes nos sentamos tras un escritorio, alejado de cualquier represión a escribir lo que otros hacen. No se trata de personas que eluden sus presuntas responsabilidades, prueba de ello es que recientemente, Rodrigo Huenchullan, pese a que sabe que jamás tendrá un justo y debido proceso, se ha entregado a los órganos jurisdiccionales del mismo Estado que lo persigue para ser juzgado por los presuntos delitos que se le imputan.
En el contexto de violencia entre comuneros de Temucui cui existen personas manipuladas o acaso pagadas por el ministerio público y la conadi para exacerbar estos conflictos. En efecto, vamos a seguir siendo testigos de hechos que vallan anulando nuestra capacidad de asombro e indignación, salvo que reaccionemos y denunciemos las maquinaciones y artimañas del que se vale el Estado para seguir perpetuando su dominación.

Fuente: www.mapuexpress.net

1 comentario:

David Maturana Céspedes dijo...

Necesitamos que los hermanos Mapuches vivan en paz, en tranquilidad y para que aquello ocurra deben respetarse sus derechos y sus legítimas peticiones.