lunes, abril 04, 2011

Senadora Rincón y diversas organizaciones demandan retiro de proyecto transgénicos y fin de urgencia al proyecto de obtentores vegetales


Santiago, 2 de abril de 2011. Flanqueada por miembros de organizaciones sociales y ambientales, la senadora Ximena Rincón entregó hoy una carta al Presidente Sebastián Piñera en La Moneda pidiéndole al gobierno que dé el tiempo necesario para desarrollar un debate a fondo de las iniciativas legales relacionadas con la introducción de los cultivos transgénicos y con sus impulsores, los llamados “obtentores vegetales”. En concreto, se le pide que retire la moción sustitutiva a la ley de transgénicos y quite urgencia a la tramitación del proyecto de obtentores.

Junto al senador Alejandro Navarro y a representantes de la Red Socio Ambiental de Valparaíso; la organización Tierra Nueva, de Limache; la Alianza por una Mejor Calidad de Vida RAP-Chile (OLCA y ANAMURI); Tierra Viva Agricultores Orgánicos; MODATIMA, y Chile sin Transgénicos, la senadora sostuvo que el proyecto de ley de transgénicos sólo beneficia a las corporaciones ligadas al negocio de la semilla y los plaguicidas. A su juicio, su aprobación tendría consecuencias tan trascendentes para la salud de las personas y la biodiversidad, que resulta impresentable legislar sobre ello sin darse el tiempo necesario para estudiarlo y debatir.

Al mismo tiempo, frente a la prensa, los senadores Navarro y Rincón recibieron el texto de la Moción pro Moratoria de Transgénicos aprobada por el Cabildo Ciudadano de Chillán Viejo, realizado el 2 de abril en esa comuna. El alcalde Felipe Aylwin y más de 40 organizaciones campesinas, ambientales, de productores orgánicos de la región y del país que acudieron a la convocatoria del propio edil junto a la Asociación Gremial de Productores Orgánicos del BioBio, demandan de los parlamentarios la moratoria a los transgénicos que podrá ser revisada en cinco años. Esto, siempre que a en esa fecha se cuente con investigaciones independientes que prueben de manera fehaciente que los vegetales genéticamente modificados no generan impactos negativos de significación en la salud de las personas, en el ambiente y en la producción campesina convencional, agroecológica y orgánica. Y siempre que en ese plazo el Estado de Chile haya suscrito el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, del Convenio sobre la Biodiversidad Biológica.

Otra indicación plantea que los titulares de semilleros de VGMs para exportación, y los consorcios nacionales y transnacionales de investigación de carácter privado existentes en Chile deberán elaborar un plan de cierre y abandono de sus actividades empresariales y/o de investigación, respectivamente. Este plan deberá cumplir con medidas de bioseguridad, biomonitoreo y remediación de impactos de la contaminación transgénica, determinadas en un reglamento elaborado por un Grupo Especial de Trabajo conformado por un representante de los ministerios de Salud, Ambiente, y Agricultura, junto a tres representantes de organizaciones de la sociedad civil y tres académicos independientes.

Las características y plazos del plan de cierre y abandono se publicarán en el Diario Oficial y la web del Gobierno de Chile.

Finalmente la voluntad ciudadana expresada en el Cabildo demanda el etiquetado de alimentos transgénicos importados y el fin de las importaciones de ese tipo de alimentos por la JUNAEB, exigiendo que los alimentos para los comedores escolares provengan de países que no tengan cultivos transgénicos.

De esta manera, dos zonas del país envían una potente señal al poder ejecutivo y al Parlamento respecto de estos proyectos. La carta que la senadora Rincón entregó en representación de los grupos ciudadanos que hoy la acompañaron en la manifestación insiste en el derecho a saber, considerando imposible que en los plazos definidos la ciudadanía y los parlamentarios se informen adecuadamente de todas las implicancias de la indicación sustitutiva presentada recientemente por el gobierno al proyecto de bioseguridad y del proyecto de obtentores vegetales, que tiene 30 días para su discusión.

La senadora expresa que no desea que Chile “entre al tristemente célebre grupo de no más de 30 países en el mundo que hoy se lamentan de los daños producidos por los transgénicos en sus tierras y buscan desesperadamente que sus autoridades pongan freno a esta catastrófica situación.”

Más adelante cita a Olivier De Schutter, relator de la ONU que advirtió recientemente: “El gran problema de los transgénicos es la fuerte dependencia económica (de los pequeños productores) y el hecho de que el poder esté concentrado en una multinacional”.

Desde el punto de vista ambiental y de la exposición a plaguicidas, agrega la carta: “Quisiéramos poner en su conocimiento, señor Presidente, que en la vecina República de Argentina y en conjunto con Estados Unidos se produce el 84% de las semillas transgénicas sembradas, pero con más herbicida (veneno) que el que nunca se había usado en ningún país del mundo: 165 millones de litros (330 mil tanques) por hectárea. Demás está decirle las consecuencias que estas sustancias tienen para la salud humana, situación que empeora por la alta resistencia a las plagas que se produce tras un tiempo de aplicación de agrotóxicos, lo que redunda en el uso en dosis cada vez mayores de plaguicidas casi en desuso por su extrema toxicidad, tales como 2,4 D y paraquat, como ha venido ocurriendo en Argentina los últimos años, además de herbicidas como el glifosato o insecticidas como el endosulfán (que ya ha sido prohibido en más de 70 países), entre muchos otros”.

La carta se refiere también a estadísticas oficiales del gobierno argentino respecto de que en los últimos diez años se ha registrado un aumento de 300% de malformaciones congénitas, 400% de abortos espontáneos y 300% de aumento en la aplicación de plaguicidas en las zonas agrícolas donde se cultivan transgénicos.

”Tampoco es casualidad que en el vecino país y tras la irrupción transgénica, se verifique una disminución de un 27% en la producción lechera (hoy importada desde Uruguay) y que se haya producido un fenómeno similar en la producción de arroz y carne. ¿Queremos para nuestro país el mismo mal negocio que hizo el Estado argentino con los transgénicos?

”Respecto de los impactos en la salud derivados de la alimentación con transgénicos, estudios de científicos tales como los de Seralini (Universidad Caen, Francia), Alexander Surof (Instituto Surov de Ecología y Evolución de la Academia de Ciencias Rusa) y los efectuados por la Asociación Nacional para la Seguridad Genética del Instituto de Ecología y Evolución, y la Asociación Americana de Medicina Ambiental de Estados Unidos, entre otras muchas investigaciones independientes, llaman a no consumir transgénicos y advierten de alteraciones que éstos han generado en ratas y cobayas, como: alteraciones del hígado, páncreas, sangre, riñón, aparato reproductivo, etc.

”Teniendo en cuenta los planteamientos aquí expuestos, sabiendo que no está comprobada la inocuidad de estos productos y amparados en el principio de precaución, es que solicitamos concurra a nuestros requerimientos. Esto es: que se retire la urgencia al proyecto de ley de obtentores vegetales para que se desarrolle un análisis detallado y serio, y que se suspenda la tramitación del proyecto de ley de vegetales genéticamente modificados, con el objeto de discutir como país y con el debido tiempo requerido las implicancias que este tipo de productos podrían generar en las futuras generaciones de chilenos y chilenas”.

Por Lucía Sepúlveda,
RAP-Chile

No hay comentarios.: