jueves, junio 03, 2010

Hasta las guaguas están ingiriendo plaguicidas con sus alimentos

Canal 13 difundió inquietante análisis de laboratorio privado.

Santiago de Chile, 2 de junio de 2010. Un análisis de residuos de plaguicidas en alimentos realizado por Canal 13 mostró que los chilenos estamos consumiendo hortalizas contaminadas con plaguicidas que causan severos efectos crónicos, capaces de generar cáncer y otras graves enfermedades. Esto constituye una seria amenaza para la salud, en especial para los bebés y sectores más vulnerables.

En muchos casos se infringen las normas chilenas e internacionales sobre la cantidad de residuos permitidos en alimentos de consumo frecuente y se constata la utilización de plaguicidas que han sido prohibidos en la Unión Europea o que están clasificados como extremadamente tóxicos o sumamente peligrosos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los resultados de este análisis de 36 muestras de espinacas, lechugas, tomates y pimentones se conocieron en el programa “Contacto” de Canal 13 difundido por la estación televisiva el martes 1° de junio de 2010.

Las muestras de hortalizas provienen de los proveedores Agrícola Gómez Ltda./ Hernán Gómez, Punto Azul y Dole y fueron adquiridas en la Vega Central y en los supemercados Jumbo y Lider.

El análisis, realizado en abril de 2010 por el laboratorio Andes Control en espinacas, pimentones, lechugas y tomates muestra un 20% de incumplimiento de la norma chilena sobre Límite Máximo de Residuos de Plaguicidas Permitidos (LMR). Revela que la normativa nacional es menos preventiva que la de países desarrollados a los que Chile exporta. Ello explica que se registre además un 44% de muestras que no podrían ser consumidas en la Unión Europea por violar esas normas, y un 61% de muestras que no cumple con las normas vigentes en Estados Unidos.
En el caso de las lechugas, un 67% de las muestras analizadas presenta concentraciones de plaguicidas que sobrepasan la norma chilena, un 100 % sobrepasa la norma de la UE, y un 78% de las muestras analizadas supera la norma de EEUU. En espinacas, un 11% de las muestras analizadas sobrepasa la legislación chilena, mientras que un 22% y un 33% sobrepasa los límites máximos establecidos para la UE y EEUU respectivamente.

Aunque en tomates y pimentones se cumple con la norma chilena, en tomates, 11% no cumple con legislación de la UE y un 67% no cumple con la legislación de EEUU. Mientras que en pimentones, un 44% sobrepasa los LMR de la UE y un 67% sobrepasa la norma de EEUU.

Según María Elena Rozas, coordinadora de RAP-Chile, “Los análisis demuestran que estamos muy lejos de acercarnos a las normas de Estados Unidos y de los países europeos en la mayoría de las hortalizas analizadas. En lechuga, por ejemplo, una de las muestras presentó residuos de tiofanato de metilo en una concentración que sobrepasa en 64 veces el límite máximo permitido en la Unión Europea para esta sustancia”.

Bebés en riesgo

En espinacas, alimento preferencialmente usado para bebés, se detectan permetrina y carbendazim, dos plaguicidas con efecto crónico que pueden afectar la salud y el desarrollo de los lactantes provocándoles secuelas graves de por vida. Esto es más serio que en la ingesta por adultos, debido a que por su peso corporal los bebés concentran más plaguicida en su organismo.

En las muestras analizadas se detectan, asimismo, residuos de siete plaguicidas potencialmente cancerígenos: boscalid, buprofezin, carbendazim, clorotalonil, kesoxim metil, difenoconozole, tebuconnazole, permetrina, iprodione y tiofanato metil. (Ver anexo)

También se encontraron plaguicidas alteradores endocrinos y del sistema reproductivo en lechuga, tomate y espinaca (carbendazim, metomilo, lambda cihalotrina, triadimenol y permetrina). Entre los plaguicidas detectados, hay dos con efecto teratogénico (generan malformaciones cóngenitas): el tiofanato metil y el carbendazim. El tiofanato metil, incluso, puede causar aberraciones cromosómicas. No menos graves son las alteraciones en los sistemas nervioso e inmunológico que pueden producir los agrotóxicos metamidofós y clorpirifós.

Por tratarse de alimentos de ingesta diaria, el hecho que las muestras de hortalizas contengan plaguicidas con efectos crónicos representa una gran amenaza para la salud.

Cóctel de plaguicidas peligrosos

El tóxico cóctel de plaguicidas (mezcla) detectado en la muestra también revela una práctica habitual de los agricultores. En un solo tomate se detectaron 7 plaguicidas: clortalonil – fenhexamid –tebuconazole – acetamiprid – boscalid – pyraclostrobin – thiametoxam. Asimismo, en una lechuga se encontraron 8 plaguicidas diferentes: acetamiprid, carbendazim, imidacloprid, metomilo, tiametoxam, tiofanato metil, cihalotrin lambda e iprodione.

Por otra parte, el análisis solicitado por Canal 13 muestra que en Chile se están usando al menos cuatro plaguicidas que no se pueden usar o están prohibidos en la Unión Europea:, buprofesin, myclobutanil (RV) permetrina (P) y metamidofós según la directiva 91/414/CEE.

Metamidofós además – junto con metomil - también detectado en el análisis, está clasificado en la categoría extremadamente o sumamente peligrosos (1a) por su efecto agudo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ambos están no recomendados en las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Metamidofós está presente en las cuatro variedades analizadas y además excede la norma de LMR en: lechuga (UE), espinaca (Chile, UE y USA), tomate (UE) y pimentón (UE). El segundo plaguicida altamente tóxico (1a) es el metomil, que se halló en lechuga y pimentón.

Según María Elena Rozas, “El estudio dado a conocer ahora es la punta del iceberg de una situación que afecta también de forma muy grave a los trabajadores y trabajadoras agrícolas. Las autoridades chilenas han decidido ignorar el impacto en los consumidores, ya que en la última década sólo se ha realizado un estudio público de residuos en frutas y hortalizas (verdura), cuyos resultados fueron retenidos por largo tiempo. No hubo continuidad al respecto”. Los únicos estudios anteriores conocidos son los realizados por el Servicio nacional del Consumidor (SERNAC) en 1994 y el del Instituto de Salud Pública en 1999/2000 que ya evidenciaron malas prácticas agrícolas y el uso de plaguicidas dañinos para la salud y con efecto cancerígeno. Asimismo, los reguladores- SAG, dependiente del Ministerio de Agricultura no han adoptado medidas para sacar del mercado a los plaguicidas más dañinos que afectan directamente la salud de quienes los manipulan.

Por otra parte, la agricultura orgánica y agroecológica, señalada por los consumidores como la respuesta integral a esta grave situación, carece de apoyo oficial, mientras que el uso de plaguicidas continúa creciendo, según se registra en el dramático aumento de importaciones de sustancias químicas. En el año 2008 según cifras oficiales. En el año 2008 la importación de 32.545 toneladas de plaguicidas representó un crecimiento de un 20% respecto al año 2007.

El Senado chileno, por su parte, hasta ahora, se ha aliado a las grandes corporaciones fabricantes de plaguicidas. El pasado 10 de marzo el Senado rechazó la iniciativa que prohibía el registro y uso de plaguicidas extremadamente tóxicos, que había sido aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados, dando así carta blanca a la continuidad de la grave situación que se denuncia en este informe.

Más información:
María Elena Rozas
Lucía Sepúlveda
RAP-Chile
56-2-3416742 / 09-8858227




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Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de Chile
La Alianza por una Mejor Calidad de Vida (RAP- Chile) está integrada por la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), Corporación de Investigación en Agricultura Alternativa (CIAL) y Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA).
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www.rap-al.org / www. rap-chile.com

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