viernes, enero 04, 2008

Matías Catrileo asesinado por carabineros en una recuperación de tierras



Como Matías Valentín Catrileo Quezada fue identificado el universitario mapuche que murió la mañana del jueves 3 de enero tras ser baleado por efectivos del Grupo de Operaciones Especiales (GOPE) de Carabineros al interior de un predio agrícola en la comuna de Vilcún.
Se llamaba Matías,y su nombre se me atraganta en la garganta. Matías, como tres de mis sobrinos queridos, como tantos muchachos de su edad o más pequeños. Pero mis sobrinos no son hijos de padre mapuche como Matías, que había decidido jugarse a fondo por su pueblo. Quería recuperar tierras para la comunidad en que vivía y a la vez estudiaba agronomía en la UFRO, la Universidad La Frontera de Temuco, para poder trabajar con eficiencia la tierra y que nadie volviera a decir que los mapuche no merecían tener tierra porque -de acuerdo al arraigado prejuicio- no saben qué hacer con ella, son flojos y la venden o la arriendan. Matías sabía que la tierra es esencial para mantener la identidad y la cultura de su pueblo. Pololeaba con Rayén y estaba muy activo en el Colectivo Leftraru de apoyo a los presos políticos mapuche.

Cerca de las 06:40 horas, el joven de 22 años, alumno de segundo año la carrera de Agronomía de la Universidad de La Frontera de Temuko, junto a una treintena de comuneros mapuches del sector, ingresó al fundo Santa Margarita,propiedad del empresario Jorge Luchsinger. El fundo tiene resguardo policial permanente. Los comuneros se proponían efectuar una recuperación territorial.

Según relataron los comuneros a radio Bio Bio, un piquete de policias repelió el ingreso de los mapuches, resultando baleado por la espalda en su huida el estudiante Matías Catrileo, retirado del lugar por sus propios compañeros. Matías falleció a los pocos minutos tras perforar una bala su pulmón. "Nosotros intentábamos hacer una recuperación pacífica, ingresamos al fundo e inmediatamente Carabineros comenzó a disparar con sus subametralladoras... en eso nosotros comenzamos la retirada y una de las balas alcanzó al hermano Matias", señaló a Radio Bio-Bio un comunero identificado como Rodrigo.

Mediación de la Iglesia

El deceso de Catrileo solo pudo ser confirmado oficialmente cerca de las 15 horas, ya que los mapuches se negaron a que el cuerpo fuera entregado a las “autoridades chilenas”, demandando la presencia en el lugar de representantes de la Iglesia Católica, en específico del obispo Manuel Camilo Vial, y de representantes de organizaciones de Derechos Humanos. Esto, ante el temor que las evidencias sobre su asesinato fueran modificadas. “Carabineros no nos da garantía para mantener el cuerpo intacto, tenemos temor a que se manipule la evidencia”, indicó el vocero mapuche a Radio Bio-Bio. “Él sufrió entrada y salida de proyectil por una subametralladora, ante eso nosotros queremos que la comunidad sepa que el hemano fue asesinado por la espalda por Carabineros de Chile”, agregó.

La posición asumida por los comuneros motivó el despliegue de más de un centenar de efectivos policiales y unidades aéreas en la zona de conflicto, debido a la negativa del Intendente Regional, Oscar Eltit (PPD) a “negociar” la entrega del cuerpo. “Lo que procede en un estado de derecho es que el cuerpo sea entregado a las autoridades, no hay posibilidad de mediación alguna... Una actuación de ese tipo no se ajusta al Estado de Derecho que rige en Chile”, subrayaba un molesto Eltit ante los medios de prensa. Un llamado similar realizaría el Subsecretario del Interior, Felipe Harboe, desde el Palacio de La Moneda. “Reiteramos el llamado... deben dejar que el fiscal, en este caso, que es una autoridad autónoma y distinta de las policías, pueda tomar contacto con el cadáver para hacer los primeros peritajes de rigor y realizar las pericias que correspondan para establecer cómo han ocurrido los hechos”, indicaría Harboe.

Sin embargo, la creciente tensión en la comunidad Yepeco Vilcún llevó al gobierno central a aceptar finalmente la intervención de la Iglesia, siendo nombrado para actuar como garante de la entrega del cadáver el obispo de Villarrica, Sixto Parzinger. El obispo Vial indicó que la decisión de designar a Parzinger la tomó considerando que Vilcún está a cargo del prelado de Villarrica. “Yo he aclarado a quienes me lo han solicitado que Vilcún corresponde a la diócesis de Villarrica y hemos tomado contacto con Parzinger y él está dispuesto en estos momentos a ir al lugar para poder ayudar a las comunidades”, señaló el obispo Manuel Camilo Vial en Temuko. El obispo señaló entender la posición de los comuneros. “Tienen presente lo que aconteció con -Alex- Lemún, que todavía no tiene una sentencia judicial”, subrayó.

Tensa negociación
Miembros del Comité Leftraru de apoyo a los presos políticos mapuche, en contacto por celular con el grupo de jóvenes de la comunidad Yepeko Vilcún, formularon ese mediodía del jueves, un llamado urgente a las autoridades, parlamentarios, y organismos de derechos humanos, para lograr que las fuerzas especiales se retiraran del lugar de los hechos y se posibilitara el ingreso del Obispo Sixto Parzinger para el retiro del cuerpo de Matías Catrileo Quezada.

El obispo de Villarrica, que accedió a mediar en el conflicto, acompañado de la abogada Isabel Castillo, solicitó la cooperación del fiscal para el retiro de la policía. Desde Vilcún los jóvenes que se comunicaban por celular con los Colectivos de Apoyo en las distintas ciudades de la zona mapuche dijeron: "Nos van a matar a todos, nos están rodeando, no dejan ingresar al obispo para entregar el cadáver." Expresó en Angol, por su parte, la esposa de Héctor Llaitul: "Con la Huelga de Hambre se denunciò la militarización de las comunidades en conflicto y la protecciòn que tienen los usurpadores de parte del Estado Chileno. Pues se sabía que podía correr sangre, por eso se quería conversar en una Mesa de Diálogo, justamente para evitar esto. Pero el Gobierno no escuchó y prefirió seguir actuando por la fuerza. Ahora está la comunidad rodeada por cerca de 100 efectivos de fuerzas especiales e investigaciones."

Matías Catrileo, estudiante de agronomía en la UFRO, tenía 22 años y se había integrado a la comunidad Yepeco Vilcún para apoyar sus demandas territoriales. Fue acribillado por la espalda con disparos de armas largas hechos por miembros del GOPE cuando ingresaba al fundo de Luchsinger, reivindicado por la comunidad como tierras que fueron de su propiedad ancestral. El fundo Santa Margarita cuenta con permanente protección policial. Hijo de padre mapuche y madre chilena, el joven era muy querido en la comunidad y en su organización. Así lo describieron sus hermanos de lucha: "Era un joven alto, inteligente, valiente,y juguetón.Se exigía al màximo, por ser un gran luchador, el primero; era trabajador, disciplinado, sano. Como son los jóvenes de la Coordinadora Arauco Malleco".

Cerca de las 11:30 horas, tras recibir los antecedentes del caso, Parzinger partió desde la Fundación Instituto Indígena junto a dirigentes mapuches e integrantes de esa entidad, encabezando una comitiva compuesta además por el defensor público José Martínez, el fiscal militar Pinto Aparicio y un representante de la Cruz Roja Internacional, los únicos autorizados a ingresar al lugar donde se encontraba el cuerpo de Catrileo, distante dos kilómetros de la Escuela La Roca, en las inmediaciones del Fundo Santa Margarita. Tras varias horas de tenso diálogo, los comuneros permitieron el ingreso al lugar de personal del Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones, con el objetivo de realizar los primeros peritajes. Finalmente, cerca de las 17:00, el cadáver fue levantado por personal del Servicio Médico Legal y traslalado hacia Temuko para los exámenes tanatológicos de rigor.

En declaraciones a radio Cooperativa, Sixto Parzinger comentó que “se ha hecho todo como dice la ley, es importante para que vaya todo en su camino y sea conforme a la verdad. Se logró entregar el cuerpo y de eso me alegro. Los comuneros han sido bien respetuosos y directos”. “Es algo tremendo, muy grave, debe ser aclarado y no puede pasar más. Hay que respetar y escuchar al pueblo mapuche, si no se enardecen aún más los ánimos”, agregó el religioso, declinando evaluar la acción de Carabineros. Parziger dijo que existe desconfianza en todos los sectores en esta materia y agregó que ayer fue rechazada por Gendarmería las peticiones de los huelguistas mapuches que están en la çárcel de Angol, quienes solicitaban beneficios, como el cambio de cárcel y la salida dominical. De este modo “las confianzas en vez de ir avanzando están retrocediendo”, lamentó.

Poco antes, el defensor regional, José Martínez Ríos, había confirmado que el cuerpo de Catrileo presentaba un impacto de bala en la zona abdominal, aunque aclaró que esa función le correpondía a otros estamentos. Por su parte, el Teniente Coronel de Justicia, José Pinto Aparicio, dio a conocer que la Fiscalia Militar investigaría el crimen del joven estudiante, esto por el hecho de estar involucrado en los incidentes personal policial. Por su parte, se informó que el Ministerio Público investigaría la ocupación ilegal del predio, asi como las causas del incendio que afectó material agricola del empresario, investigación a cargo del fiscal Claudio Beratto. Consultado sobre su linea de investigación, Beratto se limitó a narrar los hechos en indagación. “Carabineros sorpendió a unas personas que quemaron sólo unos fardos que estaban en el potrero, el resto se está investigando”, indicó, decartando referirse a la versión policial de un “enfrentamiento armado”.

"Después de la entrega del cuerpo de Matias, se retiró la Iglesia, la Cruz Roja y los medios de comunicación. Inmediatamente las fuerzas de carabineros arremetieron en contra de los hermanos, (as) y amigos de Matias que habian concurrido al lugar.
Hicieron control de identidad y detuvieron a dos hermanos. Mientras, se aprestaban para el allanamiento de la comunidad lo que debe estar ocurriendo en estos momentos", denunciaron desde Vilcún integrantes del Colectivo Leftraru.

El asesinato de Matías se suma a la muerte del joven comunero mapuche Edmundo Alex Lemún Saavedra, registrado el 7 de noviembre de 2003 al interior del fundo Santa Alicia, perteneciente a la empresa Forestal Mininco. Lemún, herido por un balín metálico disparado con una escopeta antidisturbios por el entonces mayor de Angol, Marco Aurelio Treuer, que disparó contra un grupo de comuneros que protagonizaba una ocupación de terrenos en la zona. Tras permanecer por cinco días internado en la Unidad de Tratamientos Intensivos (UTI) de la Clínica Alemana de Temuko, sometido a ventilación mecánica y tratamiento específico de traumatismo cerebral grave, Lemún murió en el mismo centro asistencial durante la mañana del 13 de noviembre de ese año. Su crimen permanece en la impunidad.
Por Pedro Cayuqueo (AZKINTUWE) y Lucía Sepúlveda.

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