La Cámara de diputados ha informado que
hoy martes 2 de abril se votará el proyecto de ley llamado de Fomento
Forestal, un nuevo espaldarazo del generoso Estado chileno a empresas
como forestal Arauco, Mininco y el grupo Matte. Se les acababa la
vigencia del decreto Ley 701 que sin costo para ellos desde 1974, y con
cargo a los y las ciudadanas subsidió sus plantaciones de pino y
eucaliptus por más de 20 años. Es el paisaje heredado en dictadura, de
un engañoso color verde que ha destruido tierras, bosques y consumido el
agua de las comunidades vecinas a las forestales. Ya no les quedan a
los empresarios grandes territorios sobre los cuales avanzar: están
topando con la frontera indígena. Para ellos ha llegado la hora de
terminar con la pequeña agricultura familiar campesina e indígena,
ofreciéndoles como alternativa plantar especies exóticas, siempre con
subsidio del Estado.
Las indicaciones a este proyecto de ley,
presentadas a sugerencia de organizaciones indígenas, campesinas y
profesionales del agro no serán consideradas. Quienes asistieron a la
Comisión de Agricultura podrán comprobar –como lo hicimos en 2009
RAP-Chile, Anamuri, BioBio Orgánico y Chiloé Orgánico – que los
diputados no escuchan los argumentos dados por quienes sufren los
impactos negativos. O bien, si los escuchan, no son capaces de jugarse
por ellos. Su máximo acto de valor es salir de la sala para no dar
quórum y retrasar unas horas o días la votación. Es lo que vivimos
cuando se discutía la Ley de Obtentores Vegetales, que aprobada por
diputados en pleno, pasó al Senado en segundo trámite, sin ninguna
modificación pese al extenuante lobby realizado por las organizaciones
sociales y ambientales.
Y es que hoy no va por ahí la cosa, no
son las votaciones de parlamentarios sin legitimidad alguna las que
definirán el futuro. Seguirán ellos haciendo sus leyes. Es tarea de las
organizaciones sociales, indígenas y campesinas ir generando su propia
legalidad en el territorio mismo, amenazado por esta nueva arremetida.
Hay que buscar alternativas asociativas entre las comunidades y pequeños
propietarios campesinos que les permitan producir sin tener que
arrendar sus tierras para vender cosecha de pinos o de raps
transgénico. Entre otras posibilidades, es necesario buscar y recuperar
las semillas nativas, volver a los mingacos para sembrar, cultivar y
cosechar en forma agroecológica, generando al mismo tiempo intercambios
entre sí y con las organizaciones sociales urbanas, para asegurar un
mercado para sus productos. Hay experiencias del MST de Brasil de las
cuales se pueden extraer lecciones aprendidas, y jóvenes profesionales
mapuche las están conociendo en estos días, maravillados y sorprendidos
de que en Chile aún no haya mucho que contar al respecto.
En el wallmapu, los territorios
recuperados – de hecho o legalmente – podrían ser verdaderos referentes
en ese sentido, asegurando su subsistencia y vida digna, y compartiendo
los excedentes productivos con otras organizaciones urbanas próximas o
aliadas social y ambientalmente.
¿O acaso queremos que haya aun menos
jóvenes, niños y niñas en el Wallmapu? ¿Se permitirá que los y las
machis se queden absolutamente desprovistos de lugares sagrados donde
buscar sus lawen? La prisión preventiva es una forma descarada de
neutralizar la influencia de los machis y negar su autoridad. Pero
entregar el bosque nativo y arrendar las tierras es una herramienta
silente y poderosa que tiene el mismo objetivo.
Dejar que las forestales y las
transnacionales semilleras avancen sobre el bosque nativo restante,
remplazando wallentales por pinos y raps transgénico es permitir que
planten un campo minado en el territorio a liberar. Una mirada integral
a la lucha por el territorio debe contemplar, como lo decía el lonko
Pascual Pichún, la movilización y la producción comunitaria a la manera
tradicional. “En el día ellos plantaban y en la noche nosotros
arrancábamos las matas de pino”, recordaba, con la naturalidad de quien
ejerce su derecho sobre el territorio. La masiva despedida que el pueblo
mapuche dio al recordado Lonko es una señal poderosa. Con una
sincronicidad increíble, el reportaje televisivo que mostró la lucha de
Temulemu (“Chile se moviliza) revivió masivamente al Lonko Pichún que
ahora hace llegar su mensaje desde la otra orilla, al pueblo mapuche y
al pueblo chileno. “La única herramienta que tiene el pobre es
movilizarse, otra manera no hay”.
(publicado originalmente en www.werken.cl)
Santiago, 2 de abril de 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario