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martes, julio 16, 2013

Prohíben en USA cultivo de canola/raps en valle semillero del estado de Oregon




Organizaciones de productores agrícolas celebran proyecto de ley del Senado del estado de Oregon que prohíbe hasta 2019 la producción de canola  en el valle Willamette

En Chile hay 4.369 hectáreas de canola transgénica (SAG, temporada 2012-2013)
  • El proyecto que contradice la ley sobre canola del Departamento de Agricultura de Oregon fue aprobado por las dos cámaras con apoyo de los dos partidos
Oregon, Center for Food Safety, 1º de Julio
Hoy el senado del estado de Oregon aprobó un proyecto de ley de prohibición de la producción de canola (raps) hasta el año 2019 en las 3 millones de hectáreas del distrito protegido llamado Valle Willamette, una de las regiones más importantes del mundo para la producción de semillas.

La ley 2.227 que en el Senado obtuvo una votación de 18 contra 12 votos, luego de ser aprobada por la cámara de diputados de Orego la semana pasada por 37 contra 22, se remite a una controvertida política pública adoptada por el Departamento de Agricultura de Oregon en Febrero de 2013, que habría permitido que se plantaran 25.000 acres de canola (sinónimo de raps o colza) en la próxima década en una región donde desde el año 2005 se ha prohibido los semilleros de canola.
Los productores agrícolas de Oregon, especialmente los que están ligados a la industria de semillas y a la producción orgánica, cuyas ventas anuales sobrepasan los 50 millones de dólares, han estado en total desacuerdo con permitir que en el Valle de Willamette se plante canola, una planta de semilla oleoginosa de la familia de las brassicas. La canola desarrolla muy rápidamente polinización cruzada con otros cultivos de semilla de esa familia, tales como el brócoli, la col y el zapallo; disemina enfermedades y plagas a las semillas y cultivos de brassicas, y puede contaminar lotes puros de de semillas y de trébol, dejándolos fuera del mercado a nivel nacional e internacional. Las variedades transgénicas de canola resistentes a herbicidas pueden además desarrollar polinización cruzada con malezas, creando nuevas especies invasivas ya que los rasgos de resistencia a herbicidas se extienden a las poblaciones de  malezas nativas.
Los legisladores han mandado una potente señal de que necesitamos proteger nuestra valiosa industria semillera del Valle de Willamette. El Departamento de Agricultura de Oregon se había apresurado a dejar entrar la canola  al Distrito Protegido de Willamette, y el parlamento ha establecido nuevas salvaguardas para asegurar que la industria semillera, los cultivos orgánicos y otras industrias agrícolas no resulten dañadas”, dijo Ivan Maluski, Director de Políticas Públicas de Amigos de la Agricultura Familiar.

“Nos congratulamos que los legisladores de Oregon hayan pasado por sobre la acción ilegal del Departamento de Agricultura que habría permitido que se cultivaran peligrosas plantaciones de canola en el Valle de Willamette. Este es un triunfo de los productores agrícolas de Oregon y del medio ambiente”, dijo George Kimbrell, el asesor legal del Centro para la Seguridad Alimentaria.
El proyecto de ley ahora pasa al despacho del gobernador de Oregon John Kitzhaber
Traducción: Lucía Sepúlveda Ruiz para RAP-Chile y
Campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile.

Nota de la Traductora
Esta noticia tiene mucho que ver con Chile, que también tiene una industria semillera y 100.000 hectáreas de agricultura orgánica certificada. El raps común (cuya semilla fue manipulada genéticamente para convertirse en   la actual canola)  se conoce en Chile como "yuyo", y aún hoy forma parte de la alimentación tradicional del pueblo mapuche. En  nuestro país, según SAG, en la temporada 2012-2013 se cultivaron 4.369 hectáreas de semilla de canola (raps transgénico) para exportación.
La mayor parte del cultivo de canola está en la Región del BioBio, que es también la zona del país donde hay más cultivos transgénicos. En un seminario público realizado en Chillán años atrás, una funcionaria de SAG se refirió a los problemas de contaminación ocasionados por los cultivos de raps transgénicos.   Aquí reproduzco artículo que publicamos sobre el tema en nuestra web, en  http://www.rap-chile.com/news_view.php?id=185 en 2011.
Avance descontrolado de raps transgénico
(09/09/2011)

Chillán, 9 de septiembre de 2011. El diario La Discusión de Chillán tituló el 7 de septiembre: “Seminario sobre transgénicos dejó en evidencia fuga de raps modificado”, explicando que una fiscalizadora del SAG dijo que se están reproduciendo espontáneamente plantas transgénicas en predios donde antes hubo semilleros destinados a la reproducción de semillas para la exportación.

Estas declaraciones las hizo en un debate sobre transgénicos que tuvo lugar el martes 6 de septiembre en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción (Campus Chillán). En esa ocasión una funcionaria del SAG de apellido Briceño, a cargo del área de transgénicos de la Región del Bío Bío refutó los dichos de Miguel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio (Monsanto) respecto de que los cultivos transgénicos disminuyen el uso de plaguicidas. La especialista del SAG regional sostuvo se usaban herbicidas en exceso en los cultivos de raps (conocido también con el nombre de canola), que se cultivan en predios arrendados por un año para ese efecto. Y agregó que al año siguiente del cultivo transgénico la canola transgénica persiste, incluso con manejo técnico realizado para que no salga en forma involuntaria, pues ya no se ha sembrado en el lugar. Dijo que el raps o canola reaparece hasta el quinto año en forma involuntaria.

El artículo publicado en el diario La Discusión señala que esto “transgrede el sentido de la legislación, que en Chile sólo permite producir semillas agrícolas modificadas genéticamente para la exportación”.

Las repercusiones de estas declaraciones fueron inmediatas y comenzaron las presiones contra la funcionaria desde el nivel nacional del SAG, argumentándose que por el sistema de reproducción del raps no era posible que aparecieran plantas transgénicas involuntarias. Es el razonamiento de las transnacionales de la transgenia, ya conocido. Sin embargo este hecho está documentado en varios países. La denuncia más reciente fue publicada en http://newswire.uark.edu/article.aspx?id=14453, y remite a una investigación realizada por un equipo encabezado por la doctora en biología Cynthia Sagers, de la Universidad de Arkansas, Estados Unidos. Esta investigación fue premiada por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA) y se extiende por los próximos dos años para hacer un seguimiento a los estados cercanos. Se analizaron muestras del raps (canola) “fugado” y los resultados mostraron que en esas plantas existía el transgen que confiere resistencia al Roundup (raps de Monsanto) o el transgen que da resistencia al herbicida Liberty (raps de Bayer), o bien plantas que contenían incluso ambos transgenes, una inserción genética nueva que se presentaba por primera vez.

La llamada “revolución verde”

Durante el debate realizado en Concepción el representante de los semilleros transgénicos, Miguel Ángel Sánchez y la académica Sofía Valenzuela, del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción, sostuvieron que estos cultivos resolverán el problema del hambre en el mundo, lo cual fue rebatido también por Guillermo Riveros, Presidente de la Asociación de Agricultores Orgánicos del Bío Bío con cifras respecto de la dimensión que tiene el flagelo del hambre hoy, a pesar que el mundo ya está plagado de cultivos transgénicos.

El dirigente gremial llamó a la audiencia a recordar los efectos de la llamada “revolución verde” de los años 50, publicitada entonces como “la solución” para ese problema a través del uso de agroquímicos, con nefastas consecuencias para la salud humana y el ambiente. La revolución verde fue impuesta en nombre de la ciencia, como ahora se quiere hacer con los transgénicos, descalificando los argumentos ambientales y sociales.

A su vez, en el diálogo con el público, Luis Meléndez, de la certificadora BCS, descartó de plano que el vino orgánico sea vinculado con los transgénicos, increpando a Sánchez por asegurar éste que el vino orgánico se produce con transgénicos. Melendéz aseguró que en Chile no se usa levadura transgénica y se cumplen todas las normas de certificación fiscalizadas por el SAG, respecto del cultivo orgánico de las vides.

La versión “oficial” del SAG

El asunto no quedó ahí. En la edición del 9 de septiembre, el diario La Discusión publicó las respuestas a un cuestionario escrito que fue contestado por Rodrigo Ther Alarcón, encargado regional de Protección Agrícola y Forestal del SAG donde, según el diario, “se refirió con extrema cautela a la eventual fuga de canola transgénica que se estaría produciendo en la región”.

En respuesta al diario La Discusión, el funcionario del SAG regional dijo que no existían “argumentos científicos” que avalen una “fuga” de canola transgénica y se limitó a describir las funciones burocráticas que cumple –o debería cumplir- este servicio, restringidas a velar por el cumplimiento de las disposiciones legales que rigen la importación y reproducción de semillas transgénicas para su posterior exportación. Según Rodrigo Ther, el SAG tampoco se ha dado por enterado sobre la existencia de miel contaminada con polen de plantas transgénicas. En síntesis, en este cuestionario escrito escabulló todos los temas de fondo.




 


jueves, mayo 24, 2012

Regiones más contaminadas por transgénicos y plaguicidas, de Norte a Sur




Por Lucía Sepúlveda

En la región de Arica y Parinacota, en la temporada 2011/2012 el registro del SAG informa de la existencia de 54,26 hectáreas de maíz transgénico (comuna de Arica) de un total de 25.188,53 hectáreas  de cultivos de esa especie en todo el país. Los impactos en el ambiente, la salud y el entorno social son previsibles para quienes manejan el tema, pero hasta ahora no suficientemente conocidos por los  ariqueños, salvo los visibles efectos de la tala de olivos centenarios.
 El picaflor de Arica, especie endémica de los valles del desierto está ciertamente en riesgo por la creciente deforestación. También hay un peligro cierto de contaminación de las variedades o razas locales de maíz, con el maíz transgénico. En el norte existen variedades muy antiguas de maíz, adaptadas a sequía y suelos salinos, que se han encontrado en momias de 8.000 años de antigüedad. Además   hay en Arica 1,27 hectáreas de raps transgénico, de un total de 4.087,56 hectáreas de raps (canola)  transgénico en todo el país.
En 2012, los cultivos de maíz transgénico llegan en Chile por el sur hasta la región de los Ríos, donde hay 0,36 hectáreas de maíz transgénico. Esa es oficialmente la extensión que alcanza en nuestro territorio la transgenia para exportación, negocio tras el cual se encuentran Monsanto (con un 23% de los cultivos y algo más al sumar lo correspondiente a ANASAC, de su propiedad y Massai que trabaja para ellos), Pioneer (15%), Massai (15%), Green Seed  ( 9%), Curimapu (7%), Semameris (un 5%) y Tuniche (un 5%). El informe del SAG que entrega estas cifras para la temporada pasada (2010), agrupa con el restante 15% a otras empresas menores entre las que están la empresa familiar de los von Baer, con cercana llegada al Congreso vía la Senadora designada,  y a La  Moneda por el mismo conducto.

Los semilleros de maíz transgénico para el mercado externo son el cultivo más extendido en este rubro agroexportador. La región del Maule concentra la mayor cantidad de hectáreas dedicadas a este negocio, seguida por la región de O’Higgins y la metropolitana. En cambio, en cuanto al raps transgénico, la más impactada es la región de la Araucanía, seguida por la región del BioBio y la del Maule, nuevamente. En raps, nuevamente está a la cabeza la Región del Maule, con la región de O’Higgins en segundo término, y la del BioBio en tercer lugar.
Los apicultores de la zona central y del sur recién captaron las implicancias de ello cuando se enteraron que el polen de la miel que producen está posiblemente contaminado por transgénicos, razón por la cual Alemania y Europa suspendieron sus importaciones de miel chilena. “Problema entre privados”, dijo al principio el SAG frente al colapso de los apicultores, sosteniendo que el concepto “inocuidad” (muy relacionado con el etiquetado vigente en Europa respecto de los transgénicos) nada tiene que ver con los transgénicos. Raro, para quien tiene a la Unión Europea como uno de sus principales mercados. Es muy fuerte el lobby empresarial contra el etiquetado. Sólo así puede explicarse que estando las autoridades tan convencidas (públicamente) de que los alimentos derivados de transgénicos son sanos y óptimos, no accedan a etiquetarlos como tales. Bastaría que el Ministro de Salud Jaime Mañalich desempolvara un decreto de etiquetado de los transgénicos del año 2001, firmado por el ex Presidente Lagos, que ya había pasado todas las vallas jurídicas de ese ministerio y de la Contraloría. A ese decreto sólo le faltaba la publicación en el Diario Oficial. La Concertación y el gobierno de Sebastián Piñera tienen también aquí un punto de coincidencia, en su sometimiento al lobby de ANPROS, la Asociación Nacional de Productores de Semillas y ChileBio, o Monsanto Chile.
La carga tóxica por habitante
El uso de plaguicidas es una de las razones por las cuales  es útil conocer las comunas chilenas que tienen más monocultivos transgénicos, ya que eso es un indicador de que también ese territorio -y sus habitantes- están recibiendo una carga mayor de tóxicos. En cuanto al impacto del uso de plaguicidas asociados a transgénicos, aun no tenemos cifras actualizadas de intoxicaciones, pero sí había una tendencia: la Región del Maule –top en el ranking de semilleros transgénicos- presentaba este año  el mayor aumento de  envenenamientos por plaguicidas. También se sabe que en Chimbarongo, la comuna con más transgénicos de todo el país, las fumigaciones aéreas son casi los 365 días del año.
El marketing de los amigos de los transgénicos muestra como una ventaja la supuesta disminución del uso de plaguicidas en esos cultivos. La realidad los desmiente a cada rato, como cada día es más evidente en Argentina. Esta semana  se conoció un informe dado a conocer en el país vecino por  la organización llamada “Médicos de Pueblos Fumigados”. El reporte se  basa en informes de oficinas del registro civil de distintos pueblos de la provincia de Córdoba y de otras, donde la población está expuesta a la actividad de fumigación de los cultivos transgénicos de soya. El informe revela que en esas localidades casi el 30% de las muertes se producen por cáncer, mientras que en otras zonas del país ese número no llega al 18%, siendo la primera causa de muerte los problemas cardiovasculares. Brasil, que es primero en producción de cultivos transgénicos en el mundo, tiene también el primer lugar del mundo en importación de plaguicidas.

El SAG y la transparencia 
Hasta marzo de 2012, el SAG, el organismo a cargo de autorizar y fiscalizar los semilleros transgénicos mantenía celosamente el secreto de la ubicación de sus cultivos, que cubren poco más de 31.000 hectáreas, pero en esa fecha el Consejo para la Transparencia falló en sentido contrario –ante un recurso de amparo por el derecho a saber- sosteniendo entre otros argumentos que la información tenía carácter público y que ventilarla en forma abierta favorecería el necesario debate social sobre el tema.

Hasta ahora la información que publica SAG en su web  solo especifica el tipo de cultivo (por ejemplo maíz 864 de Monsanto), es decir si se trata de maíz, raps, soya, remolacha, vid, zapallo o cártamo,  variedades de las cuales hay semilleros de exportación en Chile, pero no indica el nombre del evento. Tampoco lo hace en el Sistema de Información Geográfica destinado a los apicultores. Esperamos que la decisión del Consejo para la Transparencia que puso fin en marzo de 2012 al secreto en los cultivos lleve al SAG a publicar información más amplia sobre el tema, actuando proactivamente en lugar de autolimitarse a dar respuestas a consultas individuales. RAP-Chile, cuya coordinadora nacional, María Elena Rozas interpuso en 2009 el recurso de amparo por denegación de información, a nombre de la Alianza por una Mejor Calidad de Vida,  acaba de recibir del SAG la información solicitada respecto de los cultivos de ese año. Ahora son las distintas comunidades de todo el país las que iniciarán su propio ejercicio del derecho a saber dónde están los cultivos transgénicos de sus localidades. Efectivamente, la entidad estatal cumplió lo dispuesto legalmente y entregó a María Elena Rozas la información solicitada el año 2009, por la vía de coordenadas del sistema de ubicación geográfica por satélite.  Diversas organizaciones sociales y ambientales, con el apoyo de la campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile  están intentando ahora ejercer su derecho a saber, garantizado por la Ley de Transparencia, respecto de lo que ocurre en sus comunas en este año 2012.
 Las mentiras de Monsanto  
En Chile todavía estamos a tiempo de parar el daño,  aunque el marketing de Monsanto y sus socios chilenos quiera hacer aparecer su negocio como un avance ininterrumpido y   panacea para la agricultura chilena. La inmensa mayoría de la superficie agrícola nacional  se utiliza en cultivos convencionales, orgánicos y agroecológicos. Las mentiras de Monsanto quedan en evidencia en la publicación Crop Protection South America Monthly Report.Vol. 1 Issue 03, 2012 31 de marzo de 2012, donde Chile figura con 100.000 hectáreas de cultivos transgénicos en lugar de las 31.000 hectáreas que aparecen en las estadísticas publicadas en www.sag.cl. Gonzalo Pardo, responsable del área de transgénicos del SAG, consultado al respecto, expresó:Las cifras del ISAAA no son validadas por el SAG”. El cuadro allí citado es de ISAAA-C.James la agencia global de publicidad de los transgénicos.  Clive James es el predicador mundial del negocio, que recorre el mundo predicando las maravillas de lo que gustan llamar la “segunda revolución verde”.
En América Latina y en Chile, ya son conocidos los nefastos efectos de la primera revolución verde que por la vía del uso de agroquímicos contaminó la tierra y agua y marcó el inicio de la destrucción de la economía familiar campesina a favor de las transnacionales productoras de agroquímicos y semillas híbridas.

En el marco del despertar de la conciencia y del paso a la movilización y la acción que hoy viven amplios sectores de la sociedad chilena, especialmente los jóvenes y las mujeres campesinas e indígenas, la moratoria a los transgénicos ya no es sólo una consigna. Es una exigencia que cada vez más sectores sociales enarbolan,  para defender la semilla campesina e indígena, y detener los negativos impactos en la salud, el ambiente y la sociedad toda, de los cultivos transgénicos.











domingo, mayo 06, 2012

Plaguicidas y transgénicos en la Región Metropolitana: comunas más contaminadas


Nota: (las cifras de los cultivos de semillas transgénicas de exportación son del SAG. La clasificación de las comunas como contaminada, es de RAP-Chile, la Red de Acción en Plaguicidas).
 Todos los cultivos transgénicos "le llevan" plaguicidas. Son un matrimonio indisoluble. Los transgénicos de última generación incluso llevan incorporada la resistencia a dos o más plaguicidas (puede ser a un herbicida y un insecticida, por ejemplo). La cualidad de " Resistencia" significa que si un avión fumiga un cultivo con el herbicida en cuestión, por ejemplo, con glifosato, en ese predio no queda nada de vegetación con vida. Todo muere, salvo el maíz transgénico "resistente" al glifosato (principio activo del Roundup). Actualmente, en Estados Unidos está en marcha una campaña http://sumofus.org/campaigns/24-d/   que demanda a la agencia de gobierno encargada de los alimentos, la FDA, que no apruebe un maíz transgénico resistente al 2,4 D (que tiene entre sus componentes al fatídico Agente Naranja utilizado en la guerra de Vietnam) y al glifosato. 
El argumento de que los transgénicos disminuyen el uso de plaguicidas no es más que marketing verde. Basta mirar Argentina y los millones de toneladas de glifosato que se utilizan hoy, versus lo que se usaba décadas atrás. Brasil, que es primero en producción de cultivos transgénicos en el mundo, tiene también el primer lugar del mundo en importación de plaguicidas.
Transparencia y el SAG
El uso de plaguicidas es una de las razones por las cuales  es útil conocer las comunas chilenas que tienen más monocultivos transgénicos, ya que eso es un indicador de que también ese territorio -y sus habitantes- están recibiendo una carga mayor de tóxicos. Hasta ahora la información que publica SAG en su web no indica el nombre del evento (por ejemplo maíz 864 de Monsanto) sino solo especifica el tipo de cultivo, es decir si se trata de maíz, raps, soya, remolacha, vid, zapallo o cartamo. Esos son los cultivos de los cuales hay semilleros de exportación en Chile. Esperamos que la decisión del Consejo para la Transparencia que puso fin en marzo de 2012 al secreto en los cultivos lleve al SAG a publicar información más amplia sobre el tema, actuando proactivamente en lugar de dar respuestas a consultas individuales. RAP-Chile, que interpuso en 2009 el recurso de amparo por denegación de información, acaba de recibir del SAG la información solicitada respecto de los cultivos de ese año,